Es de sobra conocido que la inflación es el peor enemigo del inversor en renta fija. Un aumento de la inflación supone, en efecto, un deterioro del poder adquisitivo, una circunstancia particularmente nefasta para los ahorradores. En estos últimos años la desinflación era el escenario más probable, pero según PIMCO, la mayor gestora de renta fija del mundo el riesgo de cara al futuro es exactamente el opuesto: una subida de la inflación (lea aquí el artículo completo).
Entre los factores que pueden ser responsables de esta repentina subida de la inflación, se apunta claramente a la elevada deuda de los países desarrollados. Pero las economías emergentes también pueden tener su parte de responsabilidad. Históricamente estos países han sido grandes exportadores de bienes de bajo coste, circunstancia que ha propiciado una tendencia a la deflación. Sin embargo a media de que constituyan una parte cada vez más importante del P.I.B. mundial y de que su clase media crezca, empujarán los precios de los alimentos, de la energía y de otros bienes al alza.
Los gestores de PIMCO también ven en la debilidad del dólar una amenaza potencial para la inflación en Estados Unidos ya que una divisa más barata incrementará el precio de los bienes importados.
Por último, las limitaciones de capacidad de las empresas (que no han invertido en equipamiento o en fuerza productiva debido al contexto de débil crecimiento económico mundial) es otra fuente de inflación cuando la demanda repunte.
En conclusión, PIMCO espera que en los próximos años la inflación se acelere, pero no hasta el punto de llegar a los dos dígitos.