Los acontecimientos ocurridos en Europa a lo largo de estos últimos
meses han elevado el nivel de incertidumbre sobre la dirección que pueda tomar
el mercado a corto plazo. Aunque pensamos que el mercado está algo infravalorado
a estos niveles, las noticias que vienen de Europa podrían hacer que las acciones
se vuelvan aún más baratas antes de empezar a subir. A partir de mediados de
junio, el ratio precio sobre “fair value” del mercado (ponderado por la
capitalización bursátil) seguido por Morningstar ha caído hasta el 83%, frente
a un 92% a finales del primer trimestre, y en línea con el nivel en el que comenzó
el año. Vemos valor un número creciente de compañías: tenemos en estos momentos
a 160 valores con un Rating Morningstar de 5 estrellas frente a 60 a principio
de trimestre; el número de compañías que consideramos sobrevaloradas (1
estrella) también ha caído de 60 a 35 en ese mismo periodo.
Esperamos que las oportunidades se presenten en empresas fuertes con poca exposición a Europa ya que seguimos siendo relativamente optimistas sobre las perspectivas de la economía estadounidense, sobre todo cuando se la compara con las perspectivas para el resto del mundo. En Europa pensamos que las medidas de austeridad harán mella en el crecimiento económico. La buena noticia para Estados Unidos es que el país no depende demasiado de sus exportaciones a Europa (las exportaciones al viejo continente tan sólo representan el 3% del PIB estadounidense; en realidad, éste es mucho más dependiente del precio de la gasolina que de la demanda en Europa o en China).
En momentos como el actual, pensamos que es particularmente importante centrarse en valores de elevada calidad, con grandes ventajas competitivas y aprovechar la naturaleza volátil de los mercados comprando acciones que están cotizando con descuento respecto a su fair value o valor justo.
A nivel de sectores, aquellos que son sensibles al ciclo
económico como los materiales básicos o la energía siguen pareciéndonos baratos
respecto al mercado en su conjunto. En cuanto al sector inmobiliario, el fuerte
apetito por el dividendo por parte de los inversores ha hecho que este sector
nos parezca algo sobrevalorado.