PERSPECTIVAS: Deuda emergente en moneda local

Según Pictet, las finanzas públicas y crecimiento de emergentes son la envidia de los desarrollados

External Writer 31/05/2012
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Hace tiempo que hace falta un replanteamiento.  Los inversores aún no han captado totalmente el potencial de la deuda de mercados emergentes en moneda local, donde siguen considerando posiciones tácticas más que estratégicas.  Así que esta clase de activos todavía no se ha incorporado a la corriente de inversiones principales como se merece.  En los años 80 y 90 eran frecuentes los incumplimientos de pago, crisis de divisas y quiebras bancarias, pero esta deuda ha experimentado una notable mejoría de perfil riesgo-rentabilidad.  El favorable perfi es producto de fuertes tendencias seculares, que previsiblemente adquirirán ímpetu a medida que la economía mundial se recupere de la crisis crediticia.

Hay que tener en cuenta que los mercados emergentes se han convertido en naciones con sistemas legislativos convincentes, que se benefician de fuertes tasas de crecimiento y cuentan con finanzas públicas sanas. Inevitablemente llegarán a ser una fuerza aún mayor de la economía, con incremento de cuota de participación en el comercio mundial.

Ahora las finanzas públicas y el crecimiento de los mercados emergentes son la envidia de muchos países desarrollados.  La ejecución de reformas en estos países ha fomentado el crecimiento económico, reducido las fuentes de inflación y aliviado desequilibrios de balanza corriente, con lo que han consolidado y estabilizado sus finanzas.  Ello les proporciona capacidad monetaria y fiscal para contrarrestar cualquier desaceleración de la demanda del mundo desarrollado.  Así, los análisis del FMI muestran que una desaceleración prolongada hasta 2016 tendría mucha más repercusión en la deuda de mercados desarrollados. 

75% de bonos emergentes en moneda local son grado de inversión

De hecho sus calificaciones crediticias han mejorado constantemente y más del 75% de bonos soberanos emergentes en moneda local tiene calificación de grado de inversión, lo que contrasta claramente con el deterioro del perfil crediticio de gobiernos en el mundo desarrollado.  Ahora las únicas economías del grupo de diez mayores G-10 que mantienen triple A estable son Canadá, Alemania, Suiza y Suecia.  Además estas rebajas en el mundo industrializado probablemente no sean las últimas y confirman la opinión ampliamente aceptada de que, a raíz de la crisis, los mercados de deuda pública de países desarrollados son un lugar más arriesgado para la inversión.

Además en conjunto los mercados de deuda emergente son cada vez más accesibles y líquidos.  Sus gobiernos están sustituyendo progresivamente deuda externa por financiación en moneda local, lo que reduce su riesgo.  Estos deudores soberanos siguen ampliando su oferta en diferentes vencimientos y sus mercados se están abriendo a deudores empresariales, con lo que las fuentes de rentabilidad se han multiplicado.  A ello se añade que la institucionalización de fondos de pensiones en varios países latinoamericanos, entre ellos México, Chile y Colombia, está creando una base estable de compradores de su deuda doméstica. 

Cupones del siete por ciento

En concreto los cupones de deuda emergente en moneda local, en torno a 7%, son elevados en comparación con deuda de calificación similar emitida en economías avanzadas, con mucho margen para que se reduzcan a largo plazo, lo que es fuente potencial de revalorización.  A ello se añade que muchas divisas emergentes han caído a niveles bajos en relación con las perspectivas económicas de sus países y pueden ofrecer un atractivo equilibrio rentabilidad-riesgo a inversores interesados en diversificar por monedas.

Volatilidad a corto plazo

Aunque las perspectivas de esta clase de activos sean favorables a largo plazo, los inversores experimentarán inevitablemente cierta volatilidad.  A corto plazo los mercados emergentes no se librarán de efectos de la crisis de deuda en el mundo industrializado. Una recesión profunda en la eurozona –mayor riesgo conocido actualmente – puede resultar especialmente desestabilizador, pues reduciría el comercio mundial y los flujos de inversión hacia economías en desarrollo.  En este escenario, probablemente los exportadores de materias primas y economías del centro y este de Europa serían los que más sufrirían. También hay que prestar mucha atención a la evolución de China, cuyas autoridades intentan lograr una transición hacia crecimiento más sostenible sin provocar excesiva desaceleración económica.  

No obstante a largo plazo puede resultar rentable una asignación estratégica a deuda de mercados emergentes, en monedas locales y en dólares. En muchos aspectos, se trata de una clase de activos adecuada para el mundo post crisis. A ello se añade que la correlación de esta renta fija con las principales clases de activos sigue siendo moderada.

Simon Lue-Fong, director de deuda emergente en Pictet AM

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