Me han hecho esta pregunta multitud de veces con distintas variantes. Pero si uno investiga un poco más se dará cuenta que el inversor está pensando en el ETF como una clase de activo por separada - y tal vez un tanto exótica - en lugar de lo que realmente es: un vehículo que puede tomar la forma de numerosos tipos de inversión.
Sí, los ETFs pueden ser exóticos, y podría decirse que algunos son bastante arriesgados, especialmente aquellos centrados en un sector muy estrecho o aquellos que están apalancados. Sin embargo, los ETF también pueden ser muy seguros - por ejemplo, SPDR Barclays Capital 1-3 Mes T-Bill (BIL) es muy similar a un fondo monetario en dólares en cuanto al nivel de riesgo. Cuando se trata de inversiones subyacentes, el universo de ETFs es tan diverso como el propio universo de fondos tradicionales.
Centrándose en el vehículo que utilizará para invertir – ya sean ETFs, fondos tradicionales, acciones y/o bonos - sin prestar la debida atención a su distribución de activos es cómo construir una casa empezando por el tejado.
La primera tarea para la mayoría de los inversores es saber cómo ahorrar. Por ejemplo, es posible que considere la opción de un plan de pensiones.
Una vez tomada esa decisión, el siguiente paso - y el mayor determinante de los resultados de inversión de cualquier cartera – es encontrar una combinación adecuada de acciones, bonos y efectivo con la que construir su cartera. Casi todos los inversores deben tener una combinación de estos tres tipos de inversiones en sus carteras.
Sólo después de haber dado la debida atención a esas dos tareas, tiene sentido pensar en las inversiones específicas que uno va a realizar, ya sean fondos de gestión activa, fondos índice tradicionales, ETFs o acciones y bonos individuales. En este asunto cabe decir que no tiene sentido apostar por un tipo de inversión u otro. Muchos inversores de éxito tienen alguna combinación de estos vehículos con buenos resultados.
Pero, ahora en serio, ¿qué cantidad debo invertir en ETFs?
La asignación de capital (donde invertir) y la distribución de activos (en qué invertir) deberían estar por encima de cualquier consideración específica de inversión. Pero eso no quiere decir que la pregunta sobre cuánto hay que invertir en ETFs carece de fundamento. A continuación figuran algunas de las preguntas clave que debe hacerse el inversor para determinar el peso de sus activos a mantener en ETFs.
Cuestión nº 1: ¿Cuánto control desea mantener sobre su distribución de actives?
Una de las grandes ventajas de los ETFs en comparación con los fondos de gestión activa es que, dado que casi todos ellos siguen un índice específico, uno puede tener una exposición pura a un determinado segmento del mercado. Como no hay un gestor activo al frente del ETF, uno no se va a encontrar que el ETF de grandes compañías que ha comprado tiene en cartera un peso significativo en efectivo o en small caps. Lo que uno ves es lo que uno obtienes con un ETF, lo que puede atraer a aquellos inversores que quieren un control estricto sobre el peso de las distintas clases de activos dentro de la cartera. Sin embargo, ese enfoque puede ser un arma de doble filo. Si usted está buscando un gestor activo que le proteja de las caídas del mercado o que actúe de forma oportunista cuando las acciones están muy baratas, eso no lo va a encontrar en un típico ETF.
Cuestión nº2: ¿Quiere realizar una apuesta táctica?
En el mismo sentido, los ETF pueden ser atractivos para aquellos que quieren utilizar los ETFs para hacer apuestas tácticas a corto plazo en diversos sectores y clases de activos ya que uno puede operar intradía con los ETFs, lo que permite responder a eventos en tiempo real a medida que se desarrollan. Y debido a que los ETFs constituyen una apuesta pura y en algunos casos muy centrada en un segmento específico del mercado y que permiten apalancarse y ponerse cortos, éstos facilitan a los especuladores ejecutar sus posiciones con un cierto nivel de precisión. Por supuesto, estas apuestas especulativas pueden salir mal, y generalmente el trading puede ser caro desde el punto de vista de los costes de transacción.
Cuestión nº3: ¿Es usted capaz de elegir buenos fondos de gestión activa?
Por último, si usted está tratando de decidir cuánto invertir en ETFs (o en fondos índice) merece la pena evaluar los resultados que ha obtenido en el pasado a la hora de seleccionar fondos de gestión activa. ¿Ha acertado en la selección de fondos en base a sus características fundamentales, como sus bajas comisiones, su estrategia disciplinada? Luego, ¿los ha mantenido contra viento y marea? ¿O ha comprado esos fondos en el pico del mercado para luego venderlos en los momentos de pánico? Si éste es suy caso, entonces puede que le merezca la pena decantarse por los fondos pasivos y no complicarse la vida con los fondos de gestión activa.