La trampa del dividendo

No todos los ETFs de alta rentabilidad por dividendo se construyen de la misma manera

Morningstar.com 14/02/2012
Facebook Twitter LinkedIn

Generalmente las acciones que pagan un alto dividendo son vistas como inversiones de mayor calidad y de mayor estabilidad que aquellas que no pagan dividendo. Los inversores las sitúan dentro del binomio rentabilidad/riesgo entre los bonos de bajo riesgo y los valores de crecimiento de alto riesgo. Pero hay un punto en el que los valores de alta rentabilidad por dividendo conllevan más riesgo que la media del mercado. Por ejemplo, justo después del accidente petrolífero que afectó a British Petroleum (BP), la rentabilidad por dividendo de los últimos 12 meses alcanzaba nada más y nada menos que un 9%.  Hubiese sido una compra excelente si esa rentabilidad fuera sostenible (la rentabilidad por dividendo de un competidor como Exxon Mobil es de apenas el 3%), pero el mercado evidentemente anticipó que ese dividendo iba a ser recortado.  Por poner otro ejemplo, en Estados Unidos, justo antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, había acciones del sector (los llamados REITs) que ofrecían dividendos de hasta el 18%... dividendos que no eran más que una trampa. En este artículo vamos a ver como los ETF de alta rentabilidad por dividendo o los ETF intentan evitar esa trampa.

 Históricamente los  dividendos han representado el 40% de la rentabilidad total de la inversión en acciones, y a pesar del convencimiento popular, las acciones que reparten altos dividendos suelen tener un mayor crecimiento de los beneficios. Por lo tanto el argumento de invertir en empresas que reparten dividendos es muy potente. En teoría una manera lógica para lograr un alto rendimiento en un fondo de dividendo sería ponderar las acciones en función de su rentabilidad por dividendo, de modo que las acciones que tengan una mayor rentabilidad por dividendo tengan un mayor peso dentro del fondo. Pero, por desgracia, esta estrategia no discrimina aquellas compañías de baja calidad, o compañías que corren el riesgo de ver recortado su dividendo o, incluso, que entren en quiebra.

Aumento consistente de los dividendos

Un método para superar la trampa del dividendo es seleccionar aquellas empresas que han mostrado consistentemente un incremento en el dividendo. El Vanguard Dividend Appreciation ETF  (VIG) y el PowerShares Dividend Achievers (PFM) seleccionan sus acciones de una lista de empresas que han aumentado los dividendos durante al menos 10 años. El  SPDR S&P Dividend (SDY) sube incluso el listón al exigir al menos 25 años de incrementos de dividendos. El problema es que su cartera se compone de tan solo 60 valores ya que pocas empresas han sido capaces de aumentar los dividendos durante ese período de tiempo. Por ejemplo, ninguna empresa de tecnología está presente en el SDY, mientras que tanto IGV como PFM tienen IBM en cartera.

El PowerShares HighYield Dividend Achievers (PEY) también requiere 10 años de crecimiento de los dividendos, sigue al igual que el SDY una metodología de ponderación en función de la rentabilidad por dividendo mientras que el IGV y el PFM siguen un criterio de capitalización de mercado. Esto se traduce no sólo en una mayor rentabilidad por dividendo sino también en una mayor volatilidad ya que los valores de mayor rentabilidad por dividendo tienden a ser más arriesgadas. Debido a su enfoque hacia valores de elevada calidad y su ponderación por capitalización de mercado, tanto el IGV como el PFM tienen un mayor peso en empresas que disponen de una amplia ventaja competitiva. Por el contrario, SDY y PE tienen un 25% y un 8% respectivamente en acciones de estas características.

No es de extrañar que estos fondos estén sobreponderados en valores del sector de consumo no duradero y tengan en cartera compañías con una marca reconocida. Todos estos ETF tienen en efecto en cartera a compañías como Coca-Cola, Pepsico y McDonald’s.  Las empresas con marcas fuertes que son capaces de generar un negocio constante de forma repetida son más propensas a incrementar su dividendo a lo largo del tiempo. De hecho, el 61% de los activos del IGV tiene una ventaja competitiva, en comparación con sólo el 40% para el S & P 500.

(Nota: cuando saquemos - muy próximamente - nuestra sección de Acciones, analizaremos más en detalle el concepto de “moat” que podríamos traducir por ventaja competitiva).

Ponderar por los dividendos pagados

Un segundo enfoque para evitar la trampa de dividendo es ponderar las acciones en base al dividendo pagado y no en función de la rentabilidad por dividendo. Esto se traduce en sesgo hacia las empresas de mayor capitalización, ya que suelen ser las que pagan los mayores dividendos en términos absolutos. El WisdomTree LargeCap Dividend (DLN) sigue este enfoque; sus dos mayores posiciones son AT&T y ExxonMobil.  Además, iShares Dow Jones Select Dividend Index (DVY) pondera los dividendos, pero utiliza algunos criterios de selección adicionales para su inclusión en el índice (por ejemplo, requiere cinco años de crecimiento de los dividendos y un payout ratio(*) medio de menos del 60%). No obstante estos filtros no fueron suficientes para impedir al fondo estuviera sobreponderado en el sector financiero justo antes de la crisis financiera. Tal vez debido a los malos resultados de DVY, iShares ha lanzado recientemente el iShares High Dividend Equity (HDV), que busca acciones con ventajas competitivas  y baja probabilidad de default. Aunque el índice de Morningstar que sigue tiene un buen historial, aún está por ver si este fondo puede conseguir lo prometido.

Diversificación

El Vanguard High Dividend Yield Index (VYM) utiliza un enfoque de diversificación y una ponderación por capitalización de mercado para minimizar el impacto que algunas acciones de baja calidad puede tener en la cartera. El fondo clasifica las acciones por rentabilidad por dividendo y luego incluye todas las acciones hasta que se acumule el 50% de la capitalización bursátil del universo. La ponderación por capitalización de mercado significa que las compañías más grandes y más estables dominen la lista, pero también que el fondo incluye centenares de compañías más pequeñas que pagan altos dividendos. En total, VYM tiene 441 acciones. El WisdomTree Total  Dividend (DTD) pondera las acciones en función de los dividendos pagados e incluye todas las acciones que cotizan en las bolsas de Estados Unidos que cumplan ciertos requisitos de liquidez, lo que resulta en la friolera de 831 posiciones.

Otros métodos

El First Trust Value Line Dividend Index  (FVD) incorpora  en su cartera acciones con una rentabilidad por dividendo superior a la media, pero exige que se sitúen entre las dos primeras posiciones (de un total de cinco) de un ranking de seguridad basado en la estabilidad del precio de las acciones y de la calidad de su balance. Luego, el Fondo da un peso idéntico a cada una de los valores.

Desafortunadamente, muchos de los ETFs centrados en dividendos estaban muy expuestos al sector financiero antes de la crisis financiera de 2008, y esto explica su pobre rentabilidad comparada con el S&P 500 en estos últimos tres años.

(*) El payout es la proporción del beneficio neto que se distribuye en dividendos

Facebook Twitter LinkedIn

Sobre el Autor

Morningstar.com  Morningstar.com offers coverage of more than 1,700 stocks, 1,700 mutual funds, and 300 ETFs, plus market news, economic analysis, portfolio-planning insights, and investment commentary.

© Copyright 2024 Morningstar, Inc. Reservados todos los derechos.

Términos de uso        Política Privacidad        Cookie Settings        Aviso Legal