En su carta mensual publicada en la web de Abante Asesores el gestor espera que el mercado valore los fundamentales de las compañías.
La reproducimos a continuación.
El 2011 ha sido un año complicado en lo que a la gestión se refiere ya que se han puesto en precio los peores escenarios posibles, escenarios antes impensables y que se justifican por lo reciente que aún tenemos el año 2008. Así, el "fly to quality" ha sido la filosofía principal de los inversores en este contexto, primando una visión cortoplacista frente al análisis fundamental. Estos fenómenos son tanto más importantes según nos alejamos del epicentro europeo y entramos en los denominados países periféricos.
De las medidas adoptadas por el BCE, destaca la subasta de liquidez a tres años puesto que modifica por completo el marco en el que nos movíamos. Mejora la financiación de la banca de los estados -ver curvas de tipos soberanos-, presiona al euro a la baja -con su consiguiente efecto positivo sobre el crecimiento- y permite mutualizar la deuda ya que el abanico de colaterales que acepta el BCE es muy amplio. Un QE encubierto al que Alemania no ha puesto ninguna traba.
Las bajas expectativas de los inversores, una mejora de las condiciones generales -confianza, desapalancamiento, balances saneados, etc.- y descartando el colapso del sistema financiero, son un buen campo de cultivo para sorpresas positivas en el terreno macroeconómico. Si añadimos la baja valoración de la renta variable y la baja exposición de los inversores a estos activos, nos encontramos ante las bases de lo que debería ser un buen año, un año en el que primen los fundamentales frente a los titulares de las noticias.
Claves para 2012
Reducción de la prima de riesgo: será un proceso gradual en el que el mercado irá descartando el colapso de forma parecida a como lo hizo en 2009. El cambio de gobierno en España y las previsibles reformas que están por llegar deberían hacer reaparecer a España en los radares de los inversores internacionales. Las compañías aseguradores y la banca se han visto muy penalizadas en bolsa debido a su exposición a bonos españoles. Otras, han sufrido las consecuencias de la mala imagen de la marca España pese a tener la mayor parte de su negocio fuera de nuestras fronteras.
Normalización de las estimaciones de crecimiento: Una vez se reduzcan las primas y se descarten las situaciones apocalípticas, las estimaciones de crecimiento deberían tender a normalizarse. La forma elegida para participar del crecimiento económico es a través de empresas españolas cuyos resultados procedan, mayoritariamente, del extranjero, expectativas razonables de resultados, balances saneados y ratios de valoración muy inferiores a sus valores históricos.
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