¿Dónde invertir en 2012? Es la tradicional pregunta de fin de año a la que todos los analistas quieren dar respuesta. Los inversores también están esperando con ansiedad que alguien les oriente y les indique el camino a seguir para obtener la mayor rentabilidad posible en el menor espacio de tiempo. Además esperan respuestas concretas. Quieren saber qué región, qué país, qué sector, qué estilo de inversión obtendrá las mayores revalorizaciones. Me temo que no tengo una respuesta concreta a estas preguntas. Pero sí que tengo algunas recomendaciones prácticas para los inversores.
Primero, les diría que eviten los extremos. Sería un error ver la construcción de un portafolio de fondos como un juego de cero o cien. No es cuestión de adivinar cuál será el mercado o el segmento del mercado que más posibilidades tiene de revalorizarse en los próximos meses e invertir todo el portafolio en este activo. Aunque esta recomendación es de sentido común e invita a aplicar criterios de diversificación a las carteras, sigue habiendo muchos inversores con portafolios excesivamente concentrados en una sola idea de inversión (emergentes, materias primas, renta fija a corto plazo, etc).
El segundo consejo que me permitiría dar a los inversores es que se atrevan a ser un poco “contrarian” como dirían los anglosajones, es decir que se atrevan a invertir, de forma moderada, por supuesto, en tipos de activos que no tienen ahora mismo los favores del gran público. No evite, por ejemplo, invertir parte de su cartera en fondos de renta variable bajo el pretexto de que la situación macroeconómica no es la óptima y que existe un riesgo de recesión en Europa y en Estados Unidos.
El tercer consejo que me gustaría que asimilasen los partícipes es que intenten diversificar no sólo por tipos de activos sino también por momentos de entrada en los mercados. No hay necesidad de invertir todo el patrimonio o todo el ahorro en un momento único. Al contrario, realizar aportaciones periódicas e independientes del comportamiento del mercado proporciona una interesante y necesaria gestión del riesgo.
Por último, y para volver a la cuestión que planteábamos al principio de esta columna, lo importante no es tanto dónde invertir de cara al año que se presenta sino cómo invertir no sólo pensando en lo que puedan dar de sí los mercados en el 2012 sino de cara al futuro, de cara al medio y largo plazo. Es probable que en los próximos años tengamos que convivir con un entorno de bajas rentabilidades tanto para la renta variable como para la renta fija (los bajos niveles de tipos de interés y de crecimiento económico a nivel mundial están ahí para recordárnoslo) y de alta volatilidad (derivado del riesgo que pesa sobre algunas regiones en particular, como Europa).