Perspectivas del Mercado según Morningstar

Francisco Torralba, economista de Morningstar, nos da su opinión sobre la situación de los mercados.

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La economía de la eurozona se ralentizó en el tercer trimestre, y va a peor en el cuarto. Una recesión, empezando a finales de año o a principios del que viene, es casi segura. El empeoramiento de las perspectivas económicas, los problemas fiscales, y los problemas de liquidez y solvencia de la banca se alimentan mutuamente. El menor crecimiento aumenta el déficit fiscal y el ratio de deuda sobre PIB. Las dudas sobre la solvencia pública, a su vez, debilitan a los bancos, porque estos acumulan deuda soberana en sus balances. Finalmente, cerrando el círculo vicioso, los mercados cortan la liquidez a los bancos, los bancos reducen la oferta de crédito, y la economía se ralentiza aún más.

Los líderes europeos, incluído el Banco Central Europeo (BCE), creen que la enfermedad de la eurozona es fiscal. La cura, por tanto, es reducir el déficit. Es cierto que Grecia, y probablemente Portugal e Italia, hacen frente a una deuda excesiva. Pero a largo plazo el problema del euro es más difícil de resolver que apretarse el cinturón, o que una quita. A largo plazo, la eurozona se desintegrará si no hace frente a tres dificultades. Primero, la falta de competitividad de las economías de la cuenca mediterránea (España, Portugal, Italia, Grecia, y en menor medida Francia). Segundo, la negativa de las economías del noreste (Alemania, Austria, Holanda, y Finlandia) a reducir sus superávits por cuenta corriente, para que las economías del sur puedan reducir sus déficits. Alemania y compañía ven su superávit comercial como un símbolo de virtud, negándose a ver que hacen falta dos para bailar un tango. Su éxito comercial exterior, sin embargo, es posible gracias al déficit de países como España y Portugal, que importan mucho más de lo que exportan. El norte de Europa debe aportar su granito de arena en lo económico, adoptando medidas que desincentiven el ahorro y alienten el consumo, a la par que los gobiernos de la cuenca mediterránea promueven lo contrario.

Tercero, la eurozona necesita mayor unión y coordinación fiscal. Sin embargo, es importante insistir que una unión fiscal, sin reformas económicas que aumenten la competitividad en el sur, es pan para hoy y hambre para mañana. Convertiría el sur de Europa en la Sicilia de la eurozona: permanentemente deprimida, infra-empleada, dependiente de transferencias fiscales del norte, y carente de incentivos para mejorar. Y a eso los alemanes se oponen firmemente, y con razón. 

Como el lector puede imaginar, Europa no va a completar, ni siquiera emprender, ninguna de esas reformas en los próximos meses. De momento bastante tiene con la crisis financiera en ciernes. En este tema la eurozona está siendo lenta y se está quedando corta. Los gobiernos justo ahora han ratificado una ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés) que Bruselas aprobó en julio. El reforzado EFSF de 440.000 millones de euros es insuficiente. Un fondo que cubra las necesidades de las finanzas públicas y de recapitalización de la banca debería ascender a unos 2 billones. Los mercados lo saben, y pronto va a empezar a especular  cuán lejos Europa está dispuesta a llegar.

En los próximos meses la única institución que puede apagar un fuego, a corto plazo, es el BCE. Si el banco central anunciara que está dispuesto a proveer liquidez ilimitada a bancos y gobiernos, quiebras técnicas y una crisis financiera se evitarán. Veremos si está a la altura.

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Sobre el Autor

Francisco Torralba, Ph.D.  Francisco Torralba is an Economist for Morningstar Investment Management.

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