Si es partícipe de un fondo de renta variable española lo más probable es que esté sufriendo pérdidas importantes en este año 2012. Examinando los resultados, uno puede preguntarse por qué el gestor de su fondo no ha tenido la agudeza de espíritu de vender las acciones que tenía en cartera cuando las bolsas estaban cayendo y permanecer tranquilamente en liquidez.
Permanecer en liquidez cuando los mercados caen
El argumento tiene su lógica. En efecto, dejando a un lado el caso especial de los fondos índices (que se limitan a seguir el comportamiento de un determinado índice y, por lo tanto, si éste cae, el fondo necesariamente recoge esa pérdida), uno puede argumentar que al gestor se le paga para que gestione el patrimonio del fondo. Es su trabajo enco
ntrar las mejores oportunidades existentes en los mercados. Al fin y al cabo, no todos los valores están perdiendo dinero en lo que llevamos de año (centrándonos en las acciones del IBEX 35, Grifols o Inditex están, por ejemplo, acumulando ganancias cercanas al 75 y 30% respectivamente). Y si no encuentra nada interesante o piensa que los mercados pueden seguir cayendo, entonces lo mejor será invertir el dinero en letras del tesoro o repos, es decir en liquidez, para por lo menos obtener una pequeña (o no tan pequeña viendo los tipos de las letras últimamente) rentabilidad con estos títulos. Luego, cuando los mercados cambien de tendencia, será el momento de volver a invertir el dinero en bolsa.
Cumplir con su obligación
Pero, por muy atractivo que parezca, este argumento tiene sus detractores. Estos insisten, en primer lugar, en que la obligación del gestor es cumplir con su objetivo o reglamento de gestión y el objetivo de un fondo de acciones es el de invertir el dinero de sus partícipes en acciones y no en otra cosa. Además, muchos son de la opinión de que los fondos de acciones deben estar totalmente invertidos (o “fully invested” como dicen los anglosajones) porque es precisamente por lo que está pagando el partícipe.
Que decida el inversor
También argumentan que es el propio inversor el que debe (eventualmente con la ayuda de su asesor financiero) decidir qué porcentaje de sus ahorros quiere invertir en bolsa y qué porcentaje quiere mantener en liquidez. Supongamos que su objetivo sea tener invertido la mitad de su dinero en bolsa a través de un fondo de acciones. Si, de repente, el gestor del fondo vende la mitad de su cartera de acciones para refugiarse en renta fija, este movimiento desequilibra por completo la estructura de cartera del partícipe.
Además, si uno quiere mantener una parte de su cartera en liquidez, será mucho mejor hacerlo a través de un buen fondo monetario, que no contando con la parte no invertida de un fondo de acciones. No sólo podrá disponer de ella cuando la necesite sino que le saldrá más barato. No olvidemos que si un fondo de acciones tiene una comisión de gestión del 2%, esa también se aplica a la liquidez que tenga en cartera.
El market timing no es la solución
Por último, el permanecer en liquidez en mercados bajistas y volver a comprar acciones en mercados alcistas, es, como hemos comentado en muchas ocasiones, muy difícil, incluso para los propios profesionales.