En Morningstar tenemos una categoría de fondos llamada RF Bonos Ligados a la Inflación EUR en el que hemos reagrupado todos aquellos fondos que invierten en bonos de la Zona Euro ligados a la inflación. Para aquellos inversores preocupados por un aumento de los niveles de inflación en la Zona Euro estos fondos pueden ser una inversión interesante ya que los bonos ligados a la inflación adaptarán sus cupones y/o sus principales al aumento de los precios.
Lo cierto es que en estos últimos meses (en los cuales han vuelto a resurgir los temores a mayores niveles de inflación por culpa, en gran parte, de la subida de los precios del petróleo) los fondos ligados a la inflación han mostrado un mejor comportamiento que las demás categorías de bonos de la Zona Euro (gráfico adjunto).
Aunque a primera vista esta categoría puede parecer bastante homogénea, hay que saber que las diferencias entre unos fondos y otros pueden ser importantes. Por ejemplo, si nos fijamos en las rentabilidades obtenidas en estos últimos doce meses, podemos encontrar a fondos como el de CapitalAtWork con una subida cercana al 7% y otros, como el de CPR Asset Management con rentabilidad negativa.
Para entender esas diferencias es importante saber que el mercado de bonos ligados a la inflación es básicamente una historia franco-italo-germana (con una pisca de sabor griego). Pero el problema no es tanto el número reducido de países de la Zona Euro que emiten bonos ligados a la inflación sino el hecho de que para el inversor español comprar bonos ligados al IPC de la Eurozona puede no ser lo más eficiente teniendo en cuenta las diferencias entre el IPC de España y el de Europa. En el gráfico adjunto hemos comparado los niveles de IPC medio anual de los distintos países de la Eurozona durante la década que va del 2000 al 2010. Vemos como la media para la Eurozona se situó justo por debajo del 2% mientras que en nuestro país el nivel se acercó al 3%. Eso significa que un inversor español debería buscar protección adicional contra el diferencial de inflación respecto a la media europea.
Otro problema del mercado de bonos ligados a la inflación es su sesgo hacia duraciones largas ya que los compradores de estos bonos suelen ser inversores institucionales, sobre todo compañías de seguro, que tienen un horizonte de inversión de muy largo plazo. Es un aspecto que hay que tener en cuenta, especialmente a la hora de elegir un ETF de esta categoría. Son varios los productos que ofrecen exposición al mercado de bonos ligados a la inflación de la Zona Euro (cada uno con su índice de referencia como el BarCap Euro Govt Inflation Linked EUR, el EuroMTS Inflation Linked Aggregate 1600 o el IBOXX Euro Sovereigns Inflation-Linked), pero todos suelen tener una duración relativamente alta. Por ejemplo tanto el ETF de iShares como el de Lyxor tienen una duración en torno a los 8 años, mientras que la media de la categoría de RF Bonos Ligados a Inflación EUR no supera los 5 años.
En definitiva, el sesgo geográfico y la falta de segmentación por vencimiento son dos de las características que el inversor debe considerar antes de decidirse por la compra de un productos (ya sea fondo o ETF) ligado a la inflación.