De aquí en adelante, las estrellas Morningstar aparecerán en negro en lugar de en rojo. Este pequeño cambio de diseño está motivado por un afán de homogeneización de la presentación del Rating Morningstar a nivel mundial, pero no significa ningún cambio en la metodología utilizada para calcular el núme
ro de estrellas de cada fondo.
El Rating Morningstar es cuantitativo, es decir, se basa en valores históricos de rentabilidad y riesgo. Los cálculos se efectúan mensualmente y se basan en los datos de los últimos tres años. En la asignación de las estrellas no interviene ningún factor subjetivo o cualitativo.
El Rating Morningstar tiene en cuenta las preferencias de los inversores. Va más allá de un simple ratio rentabilidad-riesgo. Evidentemente se toma en consideración la rentabilidad del fondo pero también entra en juego una función de utilidad, que incorpora la aversión al riesgo del inversor. De esta forma el rating trata de reflejar, de una forma más correcta, las preferencias de los inversores y pretende solventar algunos de los problemas derivados de la utilización del ratio de Sharpe (que mide el exceso de rentabilidad obtenido por unidad de riesgo).
Otra de las características de este rating es su condición de pan-europeo. El universo con el que se compara un fondo no es sólo el de los fondos distribuidos en España, sino todos los que se comercializan en Europa. Ello permite que cada fondo tenga un sólo rating, independientemente de los países en los que se comercialice.
Para la elaboración de esta calificación, también se toman en consideración las comisiones de suscripción que debe pagar el inversor a la hora de suscribir el fondo; puesto que esas comisiones impactan directamente en la rentabilidad final para el partícipe.
Teniendo en cuenta todos estos criterios (rentabilidad, riesgo, comisiones), Morningstar atribuye un determinado número de estrellas a cada fondo.
- el 10% de los mejores fondos de una determinada categoría reciben cinco estrellas
- el 22,5% siguiente, cuatro estrellas
- el 35% siguiente, tres estrellas
- el 22,5% siguiente, dos estrellas
- y el 10% de los peores fondos, sólo una estrella.
Como es lógico, no todos los fondos reciben estrellas. Hay situaciones en las que es imposible establecer un rating: por ejemplo, cuando la vida del fondo (desde el inicio o en la categoría actual) es inferior a tres años, cuando no hay información suficiente para que el fondo sea incluido en una de las categorías Morningstar o cuando no hay suficientes fondos similares para establecer una clasificación.
Como siempre, tenemos que advertir a los inversores que, de la misma forma que la rentabilidad pasada no garantiza la rentabilidad futura, el rating de estrellas tampoco avanza comportamientos futuros; pero sí es una valiosa guía para comparar fondos dentro una misma categoría.
Sin duda, el Rating Morningstar, por sí sólo, no debe ser nunca el único criterio a tener en cuenta para elegir un fondo de inversión. El análisis de la propia cartera del fondo es un elemento fundamental que debe guiar la elección del inversor.