No es mi intención debatir cuáles podrían ser las rentabilidades futuras de los fondos, pero sí existe una gran probabilidad de que en el futuro tengamos que convivir en un entorno de rentabilidades más bajas que en el pasado. Aunque esto no es un escenario idílico para el inversor de largo plazo, no significa que tenga que quedarse de brazos cruzados.
Rentabilidades (R) y volatilidades anuales (Vol) por categorías | ||||
Categoría | R 10 años | Vol 3 años | Vol 5 años | Vol 10 años |
RF Dólar | 6,4% | 7,7% | 9,3% | 9,5% |
RF Emergenter | 10,5% | 10,3% | 10,9% | 15,9% |
RF Euro | 6,1% | 3,0% | 2,8% | 3,2% |
RV Europa Cap. Grande | 6,7% | 20,0% | 21,6% | 27,1% |
RV Euro Cap. Grande | 7,5% | 20,9% | 21,9% | 20,7% |
RV Emergente Global | 0,4% | 20,4% | 24,9% | 26,2% |
RV Global | 4,6% | 16,7% | 19,0% | 18,6% |
RV Japón | -3,7% | 21,0% | 22,9% | 22,9% |
RV Estados Unidos | 7,6% | 17,9% | 20,5% | 19,8% |
Rentabilidades a 31/10/2004 expresadas en euros
Vigile las comisiones
Es obvio que en un entorno de “bajas” rentabilidades las comisiones totales de los fondos (y, en especial las de gestión y de depósito) tienen un impacto importante sobre la rentabilidad final. Pagar, por ejemplo, más de un 1,5% anual en un fondo de renta fija o más del 2% en un fondo de renta variable puede suponer renunciar a más del 30% de la rentabilidad bruta que pueden conseguir esos fondos, por lo que es fundamental intentar rebajar esa factura, eventualmente traspasando participaciones de fondos más caros a fondos más baratos.
Protéjase de la inflación
La inflación es otro de los lastres que tienen que soportar los inversores y que toma especial relevancia en un escenario de bajas rentabilidades. Esta, al igual que las comisiones, disminuye la rentabilidad neta final del partícipe. ¿Qué puede hacer éste para protegerse? Desde luego, intentar obtener una rentabilidad a largo plazo superior a las tasas de inflación, pero sobre todo, dedicar una parte de su cartera a productos que, precisamente, anulan ese efecto, como, por ejemplo, los fondos de bonos ligados a la inflación... aunque no conviene olvidar que estos fondos también pueden sufrir el impacto de las fluctuaciones de los tipos de interés.
Invierta su liquidez
Si partimos de la hipótesis de que los tipos de interés seguirán bajos, entonces también hay que admitir que la rentabilidad de los productos invertidos a corto plazo (como los fondos monetarios o FIAMM) será igualmente baja. Además, puede ocurrir, como es el caso hoy en día, que la rentabilidad de estos fondos esté por debajo de los niveles de inflación. En esta situación, invertir en FIAMM supone asumir un riesgo de pérdida de poder adquisitivo. Lo más recomendable para un inversor de largo plazo es evitar colocar su dinero en productos de corto plazo cuya rentabilidad esperada se sitúe por debajo de los niveles de inflación.
Evite riesgos innecesarios
En un entorno de bajas rentabilidades también es fundamental reducir o eliminar cualquier tipo de riesgo innecesario. En el mundo financiero, se suele hablar de riesgo sistemático y de riesgo específico para designar, por una parte, el riesgo del mercado en su conjunto (si uno elige una inversión en renta variable y las bolsas caen, lo más probable es que sufra pérdidas por muy bien que haya elegido los valores en los que invertir) y el riesgo de haber elegido mal esos valores (incluso en una bolsa alcista si el inversor elige mal los títulos a incluir en su cartera, su inversión puede terminar con pérdidas). Pero estos tipos de riesgos (que son difíciles de eliminar por completo) no son los únicos a los que están expuestos los inversores. Pensemos, en el riesgo divisa. Invertir en una divisa distinta del euro puede, por supuesto, ofrecer una diversificación interesante a cualquier cartera de fondos y aportar, en determinados momentos, una rentabilidad adicional. Pero también puede causar un daño profundo (el mejor ejemplo lo tenemos con el dólar norteamericano que ha perdido cerca de un 30% frente al euro en los últimos tres años) y perfectamente evitable. Hoy en día, el inversor que quiera diversificar su cartera invirtiendo en la bolsa estadounidense tiene a su alcance fondos que cubren al 100% ese riesgo divisa.
No sea demasiado conservador
Pero evitar riesgos innecesarios no quiere decir que haya que construir carteras con un marcado carácter defensivo. Al contrario, si queremos obtener resultados aceptables en un entorno de rentabilidades bajas, no hay más remedio que asumir ciertos riesgos aunque controlados. Además, en un ambiente de bajos tipos de interés, hay determinadas categorías de fondos, como, por ejemplo, los que invierten en mercados emergentes (tanto en renta variable como en renta fija) que deberían tener un buen comportamiento relativo. Evidentemente, no se trata de invertir toda la cartera en este tipo de fondos, pero sí merece la pena aumentar la parte dedicada a aquellos fondos susceptibles de proporcionar un “plus” de rentabilidad, sin poner por ello en peligro el riesgo total de la cartera. En este aspecto, es curioso observar cómo una categoría como la de renta variable emergente global ha visto su volatilidad disminuir de forma dramática (vea tabla), hasta tal punto que en los últimos tres años su volatilidad media se ha situado por debajo de la de los fondos invertidos en grandes valores de la Zona Euro.
Diversifique y reequilibre
Por último, y eso independientemente de si nos encontramos en un escenario de bajas o altas rentabilidades, es importante que el inversor reduzca su riesgo diversificando correctamente su cartera y reestructurándola periódicamente, sobre todo cuando determinadas categorías de fondos han conseguido altas rentabilidades en determinados periodos de tiempo.