El mercado echa fuego. Desde las elecciones, casi todos los activos de riesgo han subido.
¿A qué se debe? El estratega jefe de multiactivos de Morningstar, Dom Pappalardo atribuye el repunte a las expectativas en torno a los recortes fiscales, la desregulación y un entorno más favorable para las empresas.
Pero los mercados suelen oscilar como un péndulo, y este rápido ascenso plantea la posibilidad de que se esté infravalorando la cautela. El índice de volatilidad del Chicago Board Options Exchange, a menudo denominado “índice del miedo”, ha bajado casi un 40% desde finales de octubre.
En otras palabras, el miedo está abandonando el mercado.
En agosto, cubrimos el escenario opuesto cuando el VIX experimentó un repunte de tres días del 135%, uno de los mayores saltos de su historia. Escribimos: “Cuando el VIX marca nuevos máximos históricos... los datos son abrumadores: Sea comprador, no vendedor”.
Ahora estamos viendo lo contrario. El VIX está cayendo a plomo. ¿Qué significa esto? Sin hacer una predicción exacta, es razonable concluir que este no es un comportamiento típicamente asociado con los mínimos del mercado. El director de investigación e inversión de Morningstar, Dan Kemp escribió recientemente que la subida de los precios de la renta variable ha llevado a las acciones estadounidenses "a territorio sobrevalorado".
En resumen, cuando se mezclan cierta euforia, un mercado bursátil estadounidense sobrevalorado y un año natural completo sin correcciones, existen argumentos lógicos para diversificar más allá de los valores de crecimiento de gran capitalización estadounidenses.
Dicho esto, los dioses del mercado siempre intentan engañarnos. El momentum es un factor de mercado muy real, y lo que ha subido recientemente puede seguir subiendo. Nadie dice que vaya a producirse un cambio radical mañana o la semana que viene. Sin embargo, cuando el mercado pivote, no sonará ninguna campana para señalarlo. No podemos predecir el momento, pero podemos prepararnos, y la preparación es siempre un proceso continuo.
¿Qué significa esto en la práctica? Para los mercados estadounidenses, podría implicar una reducción de las asignaciones a los valores de crecimiento de gran capitalización en favor de un enfoque más amplio. Esto podría incluir valores “value” -empresas de gran capitalización más baratas- y una mayor exposición a valores de pequeña y mediana capitalización. También podría significar ampliar las asignaciones a otras partes del mundo.
Por ejemplo, como señalaba recientemente Barron’s, los mercados emergentes representan el 85% de la población mundial y el 60% del PIB mundial, pero sólo el 10% de la capitalización bursátil mundial. A pesar de ello, las carteras de los inversores estadounidenses sólo asignan una media del 2% a los mercados emergentes. Si la diferencia de rentabilidad entre EE.UU. y otras regiones empieza a cambiar, es probable que una oleada de compradores estadounidenses pase a aumentar sus asignaciones en el extranjero.
Aunque el mercado parece menos reacio al riesgo, a los inversores les convendría hacer lo contrario. Llegará inevitablemente un día en que la renta variable estadounidense atraviese una mala racha, y una diversificación más amplia podría ser la mejor manera de prepararse para ello.
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