Durante el segundo trimestre, el mercado japonés ha tenido, por el contrario, un peor comportamiento: hasta el pasado 7 de junio, cayó un 7% en dólares mientras el MSCI World se mantuvo sin cambios. Estos fuertes movimientos aumentan, sin embargo, la incertidumbre para los inversores y elevan la desviación estándar de este mercado (la medida más conoc
ida del riesgo).
Como siempre, es muy difícil determinar la principal causa del movimiento de las cotizaciones, pero muchos analistas apuntan a las inversiones foráneas como el responsable de la fuerte volatilidad vivida por el mercado nipón. A lo largo de este último rally alcista, desde abril del 2003 a marzo de este año, la bolsa japonesa se ha beneficiado de importantes entradas de dinero por parte de inversores extranjeros. Los inversores japoneses, por su parte, fueron vendedores netos de acciones durante este rally, con muchas de estas acciones vendidas procedentes de las participaciones cruzadas que caracterizan al tejido empresarial del país.
Los inversores extranjeros suelen considerar a Japón como un mercado de alto riesgo, por lo que cuando el índice MSCI Emerging Markets cayó un 20% entre mediados de abril y mediados de mayo, la bolsa de Tokio acompañó esta caída con un retroceso del 18% (ambos en dólares). Pero desde la mitad del mes de mayo, el MSCI Japan ha rebotado fuertemente para volver a situarse entre los índices más rentables de este año, con una subida del 7% a fecha del 8 de junio. En ese mismo periodo, tanto el MSCI US como el MSCI Europe apenas han ganado un 2%.
Entre principios de abril y mediados de mayo también se produjo una fuerte depreciación del yen japonés, pasando de los 104 hasta los 114 yenes por dólar. Esto significa que la bolsa nipona no cayó tanto en yenes como en dólares entre mediados de abril y mediados de mayo (12% en lugar de 18%). Las caídas de la bolsa y de la divisa están parcialmente relacionadas ya que esta última tenderá a depreciarse si los extranjeros venden activos japoneses.
Fuerte crecimiento de las exportaciones
Entretanto las noticias de la economía japonesa siguen siendo esperanzadoras. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido fuerte durante los últimos tres trimestres, el desempleo se está reduciendo y la deflación parece remitir. Muchas de estas mejoras tienen su origen en el aumento de las exportaciones, especialmente hacia China, por lo que un crecimiento mundial más débil tendrá probablemente un impacto muy negativo sobre el rebote del mercado japonés.