El pasado verano, Roger Federer pronunció un discurso de graduación en la Universidad de Dartmouth, en el que compartió una profunda visión de su carrera tenística que también puede aplicarse a otros ámbitos de la vida.
Mencionó que había jugado 1.526 partidos individuales durante su carrera, ganando casi el 80% de ellos. Pero luego planteó una pregunta a la promoción:
“Ahora tengo una pregunta para todos vosotros. Qué porcentaje de puntos creéis que gané en esos partidos?”
¿La respuesta? 54%.
A pesar de ser uno de los mejores tenistas de la historia, Federer apenas ganó más de la mitad de los puntos de que dispuso. La magia surgió de una pequeña y constante ganancia que se convirtió en algo extraordinario con el paso del tiempo.
La inversión funciona de forma muy parecida.
Los movimientos diarios del mercado son impredecibles. Que el mercado bursátil sea positivo o negativo en un mismo día es básicamente tirar una moneda al aire, con una ligera ventaja para los días de rentabilidad positiva en el 53% de las ocasiones.
No parece mucho, pero, al igual que Federer, esta delgadísima ventaja puede convertirse en algo grande. Sin embargo, requiere disciplina, algo con lo que Federer tuvo problemas al principio. Como él mismo explicó:
“La llamada de atención llegó al principio de mi carrera, cuando un rival en el Abierto de Italia cuestionó públicamente mi disciplina mental. Me dijo: ‘Roger será el favorito durante las dos primeras horas, después yo seré el favorito’”.
A Federer le costó mantener la regularidad durante todo el partido: empezaba rápido y terminaba lento. En resumen, su disciplina desapareció a medida que se cansaba.
Los inversores no tienen que aventurarse muy lejos para encontrar la analogía. Todo el mundo se siente un gran inversor durante un mercado alcista, pero la verdadera prueba llega cuando los tiempos se ponen difíciles. Federer se centró intensamente en mejorar su proceso competitivo, que incluía más cardio y el análisis de datos para explotar los puntos débiles del rival. Mantuvo su compromiso con este proceso durante el resto de su carrera.
Cada parte de su disciplina se combinó para convertirle en uno de los mejores jugadores de la historia. El intenso trabajo cardiovascular le permitía ser más ágil al final de los partidos. Estar más atento al final de los partidos le permitía aprovechar los puntos débiles del rival. Combinados, estos dos factores forjaron una base de confianza en sí mismo.
Federer comentó que,“La fe en uno mismo hay que ganársela. Y llegó un momento en el que creí de verdad en mí mismo”.
La pregunta es: ¿Existe una inercia similar que los inversores puedan poner en práctica, que se acumule con el tiempo y proporcione potencialmente esa ligera ventaja? Hay algunos elementos clave que merece la pena mencionar:
1: Los costes importan
La única garantía en el negocio de la inversión es que conservará más si gasta menos.
John Bogle se refirió a esto como la Hipótesis de que los costes importan. Se trata de una simple sustracción: los costes de inversión (comisiones de fondos, comisiones de transacción, comisiones de gestión, etc.) se deducen directamente de las rentabilidadeds.
Los inversores prudentes deben elegir las inversiones teniendo en cuenta este concepto. ¿Significa eso comprar sólo fondos con comisiones bajas? No. Más bien, el listón de los fondos con comisiones elevadas debe ser más alto que el de las opciones con comisiones más bajas.
2: Selección de gestores
Es crucial combinar la disciplina de costes con una selección diligente de los gestores.
Las estrategias de inversión y las clases de activos siempre estarán sujetas a periodos de bajo rendimiento. Algunos inversores podrían buscar oportunidades en otra parte. Aunque depende de cada situación, un enfoque disciplinado consistiría en comprender las tendencias de inversión a largo plazo y aprovechar los periodos de pesimismo para asignar fondos a gestores o clases de activos con peores resultados.
3: Diversificación global
Diversificar globalmente ayuda a mitigar los puntos ciegos. Es probable que los próximos 10 años sean diferentes de la década pasada, un simple pero crucial recordatorio de por qué la diversificación es esencial.
Este año, China y Argentina han sido los mercados de renta variable mundiales con mejores resultados, algo que nadie predijo. Aunque Estados Unidos ha liderado la renta variable mundial en la última década, en los 10 años anteriores (2000-10) las acciones estadounidenses obtuvieron una rentabilidad del 0%.
Dado que EE.UU. representa el 60% de la capitalización bursátil mundial, debería ser una parte significativa de cualquier cartera. Sin embargo, una asignación del 100% a acciones estadounidenses es probablemente demasiado concentrada.
Lo ideal sería que los inversores quisieran “pescar donde están los peces”, lo que significa que no deberían aislarse en un rincón del lago. Por eso es importante pensar globalmente a la hora de invertir.
4: Rebalanceo
Burton Malkiel, autor de A Random Walk Down Wall Street, escribió una vez:
“A todos nos gustaría que un genio nos dijera cuándo la bolsa toca techo para poder vender. El rebalanceo es la técnica que más se aproxima a ello”.
A modo de ejemplo, una hipotética cartera con un 60% de renta variable mundial y un 40% de renta fija reequilibrada anualmente durante los últimos 30 años supera a una cartera de comprar y mantener con menos volatilidad a lo largo del tiempo.
Construir carteras más resistentes
El objetivo es que cada elemento se construya sobre el anterior, creando un proceso más disciplinado. En última instancia, esto debería dar lugar a carteras más resistentes y resultados de inversión potencialmente más duraderos.
Este proceso por sí solo no promete nada; la perfección nunca será alcanzable. Sin embargo, refuerza la disciplina y puede desbloquear la ventaja a corto plazo que, con el tiempo, se convierte en un éxito significativo.
Federer añadió: “La mayoría de las veces no se trata de tener un don, sino de tener agallas”.
En todos los ámbitos de la vida hay formas de aprovechar las ventajas de la capitalización a lo largo del tiempo, y el proceso de inversión no debería ser diferente.
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