Pero también hay motivos para ser prudentes respecto al futuro de la región. Las tendencias que han impulsado al alza a las bolsa asiáticas podrían perfectamente darse la vuelta.
No cabe duda de la fortaleza que mostró Asia el año pasa
do. El índice MSCI AC Far East Free ex Japan ganó un 40,8% (en dólares), comparado con una subida del 30,8% para el índice MSCI World.
Entre las principales bolsas nacionales, destacaron la de Tailandia con una ganancia del 134,3% y la de Indonesia con una revalorización del 70%, pero fue el mercado de acciones del tipo H – compañías chinas que cotizan en Hong Kong – el que más subió, un 152%.
Muchos de los grandes mercados de la región se quedaron por debajo del índice regional. Hong Kong, por ejemplo, subió un 32,5%, Singapur un 34,2% y Taiwán ligeramente por debajo del 40%. Malasia fue el mercado menos rentable con una subida de tan sólo el 23,1%.
Una conjunción de factores
Una combinación de varios factores interrelacionados ha sido el responsable de las ganancias en los mercados asiáticos, aunque los elementos externos han tenido, sin duda, mucha más importancia que los internos.
Posiblemente el factor más importante ha sido la recuperación económica en Estados Unidos, gracias a la política de bajos tipos de interés e incentivos fiscales. Esta recuperación ha beneficiado especialmente a las compañías asiáticas que son básicamente exportadoras hacia Norteamérica. También ha jugado un papel positivo el crecimiento de la demanda interna en la región gracias al mantenimiento de los tipos de interés en niveles bajos.
Un factor relacionado con este argumento es la debilidad del dólar. Puesto que las divisas asiáticas tienen tendencia a estar ligadas al billete verde, los bancos centrales asiáticos tienen que mantener una política monetaria laxa si el dólar muestra debilidad. Esta situación beneficia a sectores como el bancario, el inmobiliario y a los relacionados con el consumo.
Dentro de la región, el factor clave en 2003 fue el reconocimiento de la importancia de China. A pesar de que el mercado interno chino está en gran medida cerrado a los inversores extranjeros, hay que decir que el país tiene un impacto sustancial sobre el resto de la región, a través de sus relaciones comerciales y financieras.
Además, las compañías chinas que cotizan fuera del país están adquiriendo una importancia creciente. China Life, por ejemplo, la mayor compañía aseguradora china, consiguió captar el año pasado 3.000 millones de dólares en Hong Kong y Nueva York. Y en la primera semana de este año, tuvo lugar la mayor colocación de acciones H de una compañía ya existente, con 3.100 millones de dólares de Hong Kong. Se trata de Chalco, el mayor productor chino de aluminio.
Problemas en el horizonte
Pero existe el riesgo de que esta fuerte tendencia hacia el crecimiento pueda desembocar en problemas en algún que otro momento. Si las economías norteamericana o china se desaceleran podrían tener un impacto muy fuerte en los mercados.
Ezra Sun, gestor del Newton Oriental Fund, considera que las acciones relacionadas con China, como las acciones H, corren el peligro de estar sobrevaloradas. Es la razón por la cual ha empezado a reducir el peso de las acciones chinas en su cartera en benéfico de mercados como el de Malasia.
Andy Xie, un economista de Morgan Stanley basado en Hong Kong, ya ha advertido de que una burbuja se está desarrollando en Asia. “En general Asia se comporta muy bien cuando la economía estadounidense muestra fortaleza o cuando el dólar está débil”, comenta. “Pero cuando ambos factores coinciden al mismo tiempo, el mercado puede acabar desbocándose”.