Invertir directamente en acciones chinas sigue siendo difícil para los inversores extranjeros. Sin embargo, el resurgir de China está reconfigurando toda la región a través de su mayor integración en las relaciones comerciales y financieras. Además, sectores globales como los recursos naturales y el transporte marítimo están beneficiándose de la emergencia de china como gigante industrial.
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Pero mientras muchos gestores de fondos están siendo eufóricos con el crecimiento de China, hay que recordar que existen barreras potenciales a ese desarrollo y que una valoración correcta del país debería tener en cuenta esos riesgos.
La recorrido económico de China es bastante bien conocido. Desde el proceso de reformas económicas que empezaron en 1978, el Producto Interior Bruto del país ha crecido a un ritmo de casi el 9,5% anual. Desde 1990, la economía se ha triplicado en términos reales.
Un gigante industrial
China es actualmente el cuarto mayor productor industrial del mundo. Fabrica cerca de la mitad de las cámaras del mundo, un 30% de los aparatos de aire acondicionado y televisores así como una cuarta parte de las lavadoras.
Además de su potencial exportador, también hay que reseñar que el consumo interno está creciendo muy rápidamente. China tiene hoy en día el mayor número de usuarios de teléfonos móviles (300 millones) y tiene más televisores en color que cualquier otro país del planeta. También está en segundo lugar, detrás de Estados Unidos, en cuanto al número de ordenadores personales.
Existen muchos símbolos ostentosos del resurgir de China, como el reciente lanzamiento de un cohete espacial. China ha sido, por ejemplo, el tercer país en conseguir este éxito y en pocos años espera ser el segundo país en enviar un hombre a la luna. Los Juegos Olímpicos del 2008 también será un reconocimiento mundial al crecimiento chino.
Pero a pesar de los extraordinarios avances registrados por el país, también hay que decir que existen varios motivos por los cuales este proceso podría verse afectado.
Una excesiva oferta monetaria
Quizás el problema más inmediato al que se tiene que enfrentar la economía china es el del rápido crecimiento de la oferta monetaria. La M2, una medida bastante amplia del dinero que circula en la economía, creció, según el Banco Popular de China, a un ritmo de un 20,7% interanual entre septiembre 2002 y septiembre 2003.
Como resultado existen temores de que la economía se caliente demasiado, lo que podría desembocar en un exceso de capacidad. Por ejemplo, la demanda de acero parece crecer a un ritmo mucho más rápido de lo que justificaría los fundamentos de la economía.
Proteccionismo occidental
En este aspecto hay cada vez más presión por parte de los Estados Unidos en tomar medidas contra lo que consideran prácticas comerciales desleales.
Una reevaluación forzada de la divisa
China está sometida a una fuerte presión por parte de sus principales socios comerciales para reevaluar su moneda, el renminbi, respecto al dólar. Pero esto podría dañar seriamente a la economía del país ya que encarecería sus exportaciones de las que depende en gran medida.
Desigualdades sociales
El rápido crecimiento chino ha abierto aún más las diferencias entre ricos y pobres. La ciudades son mucho más ricas que el campo, mientras que las regiones más industriales, en torno a Hong Kong y Shangai, disfrutan de una mayor riqueza que las demás áreas.
Deudas incobrables
El nivel de deudas incobrables en el sistema bancario es alto y está creciendo a un fuerte ritmo, circunstancia que han llevado a algunos analistas a indicar la posibilidad de una crisis bancaria en el país.