Tanto Hong Kong como Singapur y Corea del Sur han conseguido alcanzar sus máximos de los últimos doce meses, aunque Hong Kong retrocedió fuertemente siguiendo las caídas de Wall Street y de Japón.
El Sudes
te Asiático se ha apuntado este año los mayores avances. Tailandia encabeza el ranking, con una revalorización del 67,9%, seguido por Indonesia, con un 60,5%. Hacia el norte, los mercados también se han comportado positivamente, destacando especialmente Corea con una ganancia del 29,3% y Taiwan con el 45,2%.
Unas fuertes entradas de dinero en la región han empujado a los mercados. State Street, una entidad que se dedica a seguir los flujos de capital a nivel global, ha registrado las mayores entradas de dinero en Asia desde que empezó a recopilar datos en 1994.
En estas circunstancias, no es sorprendente que Hong Kong haya anunciado un importante programa de privatizaciones. En los próximos años los inversores tendrán la oportunidad de comprar acciones de entidades como la Autoridad Aeroportuaria o la Autoridad Inmobiliaria.
El caso chino
A más largo plazo el interés se centra en el crecimiento de China. Según el banco de inversión Goldman Sachs, y basándose en hipótesis relativamente conservadoras, la economía del gigante asiático podría superar a la norteamericana de aquí al 2040.
Pero China ya está transformando la región en muchos aspectos. El comercio regional y la inversión se están centrando en el rápido crecimiento de la economía china. Excluyendo a Japón, la economía china es muchísimo más grande que el conjunto de todas las demás economías del Este Asiático.
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El reciente lanzamiento de un cohete chino, haciendo de este país el tercero en haber colocado un astronauta en el espacio, constituye un símbolo muy importante. Aunque tiene poco significado económico, ésto demuestra sin duda que los líderes chinos se están tomando muy en serio la modernización del país.
Otro ejemplo del enorme potencial de China lo hemos vivido con la apertura del primer establecimiento B&Q en Beijing. Cerca de 150.000 personas visitaron la tienda durante la primera semana, lo que da una idea del potencial de demanda por parte de los consumidores y los beneficios que pueden conseguir las empresas extranjeras. Ikea y Wal Mart también se encuentran entre las empresas extranjeras que han invertido en el país.
Retraso en los planes
Debido a los miedos a una especulación feroz sobre su divisa, el país ha retrasado los planes para facilitar la entrada de inversores extranjeros. Las autoridades temen, en efecto, que el “dinero caliente” entre en China simplemente para aprovecharse de una subida del renminbi.
También hay problemas que podrían afectar al rápido crecimiento del país y posiblemente desestabilizar a la región de una forma más global. Las llamadas al proteccionismo en Estados Unidos podrían igualmente ser un problema si ganan más adeptos.
Además, existe el peligro de algún tipo de crisis financiera o de recalentamiento. Por ejemplo, sigue habiendo grandes cantidades de deudas incobrables en el sistema bancario y, al mismo tiempo, la oferta de moneda está creciendo a un ritmo muy rápido.