El índice MSCI AC Far East Free ex japan acumula una ganancia del 28% (en dólares9 desde principio de año, comparado con una revalorización de tan sólo el 18% para el índice MSCI World. Desde el 1 de julio, las ganancias alcanzan el 19% para Asia y el 7% para el índice mundial.
Dentro del continente asiático, los mercados más rentables en lo que llevamos de año son Tailandia e Indonesia, con subidas del 56 y 43% respectivamente. Entre los mercados más importantes, los que más han subido han sido Taiwán (39%) seguido por Corea del Sur (27%) y Hong Kong (23%). Singapur ha tenido un peor comportamiento relativo con una revalorización de apenas el 19%.
A juzgar por los resultados de la última encuesta de Merrill Lynch a los gestores de fondos, existe un gran optimismo de cara a los próximos doce meses. Un 65% de los encuestados estima, en efecto, que las acciones de la región siguen estando infravaloradas y un 82% piensa que los resultados empresariales mejorarán de aquí a un año.
Estas opiniones muy optimistas coinciden con las expectativas respecto al crecimiento económico. Las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que el Producto Interior Bruto (PIB) de la región asiática emergente crecerá un 5,9% en el 2003 y un 6,2% en el 2004. China liderará el crecimiento con un 7,5% tanto este año como el año que viene. Se espera que los países nuevamente industrializados (Hong Kong, Corea, Singapur y Taiwán) crezcan un 2,3% este año y un 4,2% el año que viene.
Aunque la demanda interna esté adquiriendo cada vez más importancia, la región sigue muy dependiente de la economía mundial y, en particular, de la norteamericana. Como apunta el FMI en un reciente informe: “el ciclo global sigue siendo un factor determinante en el desarrollo cíclico de la región”. Cuanto más sólido sea ese crecimiento mundial, mejor se comportará la región.
Tecnología global
Una recuperación global en el sector tecnológico sería muy bien recibida por Asia. La región es, en efecto, un proveedor de componentes tecnológicos (como semiconductores) para el resto del mundo.
Desde una perspectiva a más largo plazo, la emergencia de China es un elemento fundamental para las perspectivas de la región. Aunque la bolsa china sigue siendo un mercado difícil para los inversores extranjeros, el desarrollo del país continúa influenciando a toda la región.
Un aspecto de este desarrollo es la creciente importancia de China en el comercio regional. Como indica el banco Mundial: “China es un mercado cada vez más importante para los otros países del Este asiático y su continuo crecimiento debería servir de soporte a las exportaciones de estos países”. En un plano meramente empresarial, esto significa que muchas compañías asiáticas, incluidos los fabricantes y exportadores de materias primas, se beneficiarán seguramente del crecimiento chino.
China también se está convirtiendo en un centro global para las inversiones directas de compañías internacionales. Según las naciones Unidas, el conjunto de inversiones directas extranjeras dirigidas a China y Hong Kong alcanzaron el año pasado los 53.000 millones de dólares, una cantidad muy por encima de las inversiones dirigidas a cualquier otro país, excepto Estados Unidos.
Presiones contra la moneda china
Pero el crecimiento de China también supone unos riesgos. Hay, por ejemplo, fuertes presiones para que el país revalúe su divisa, el renminbi, respecto al dólar norteamericano. Pero esa reevaluación, aunque podría aligerar la presión sobre los competidores chinos, también podría crear unas tensiones negativas sobre la economía del país.
Por otra parte, existe un creciente sentimiento proteccionista en Estados Unidos en contra de China. Recientemente, Don Evans, el secretario de comercio americano, acusó a China de prácticas comerciales desleales. La Asociación Nacional de Productores americana también ha anunciado su intención de interponer formalmente una demanda contra el país por manipulación de su divisa.
