State Street es uno de los proveedores de servicios financieros más importantes del mundo. Dispone de la mayor base de datos sobre lo que los gestores de fondos están comprando o vendiendo. Esta información se manda a un grupo llamado State Street Associates que trata esos datos y los transforma en índices en los que se fijan los estrategas financieros.
Eso significa que tenemos al final del proceso una indicación bastante fiel de los que están haciendo los ges
tores. Vemos que es el eslabón que falta entre las valoraciones y las cotizaciones. Muchas veces hay una diferencia entre las valoraciones y los movimientos de los mercados. Analizar el comportamiento de los inversores ayuda a entender esa diferencia.
Por lo tanto, podemos ver cómo los gestores mundiales están invirtiendo hoy en día. Se puede sacar mucha información de sus comportamientos. Actualmente, por ejemplo, centran sus actuaciones en una esperanza de reflación (NdT: se denomina reflación la situación de regreso que experimenta una economía desde un entorno de deflación). Están comprando acciones y vendiendo bonos; están comprando aquellos mercados más expuestos a nivel global como Corea o Taiwán y vendiendo aquellos otros que están menos expuestos a la globalización como los mercados europeos. Pero se puede ver que los mercados creen fuertemente en la promesa de reflación.
Hemos analizado esos periodos en los que los mercados creen fuertemente en una idea y hemos descubierto que esas convicciones suelen mantenerse durante mucho tiempo. Y una de las maneras en las que podemos ayudar a los inversores es diciéndoles lo antes posible cuál esa convicción dominante en el comportamiento de los gestores. Y, sabiendo que esta puede mantenerse durante bastante tiempo, el seguir esa idea suele ser una estrategia provechosa.
¿Y el sistema analiza unos 6 billones de dólares en activos?
La capitalización bursátil mundial varía cada día. Pero estamos hablando de una cifra que supone entre el 15 y el 20% de todos los títulos negociables en el mundo, lo que representa entre 6 y 9 billones de dólares.
¿Encuentra su sistema una explicación al por qué los tipos de interés están tan bajos si los gestores piensan que se va a producir una reflación?
En realidad, los gestores han empezado a creer que la reflación es inevitable precisamente porque los tipos de interés han caído a niveles tan bajos. Las curvas de tipos siguen teniendo una pendiente positiva (NdT: es decir los tipos a largo siguen siendo más altos que los tipos a corto), lo que también refuerza las expectativas de reflación. Por lo tanto, los tipos de interés de los bonos pueden estar bajos, pero los tipos de interés a corto plazo están aún más bajos.
Algunos dudan de la eficacia de mayores recortes de tipos de interés...
No necesitamos entrar en este debate. No tenemos que decir si se va a producir una reflación o no. Lo único que tenemos que hacer es indicar a la gente lo que piensan los gestores y si las ideas que tienen están fuertemente implantadas o no.
Muchas veces pensamos que los gestores no tienen razón. Pero conseguimos dar buenas recomendaciones al aprovecharnos de sus convicciones y de cómo esas convicciones varían.
Personalmente, no estoy seguro de que la reflación esté a la vuelta de la esquina. Pero, sin duda, nuestra cartera recomendada, basada en la idea de reflación, ha tenido un mejor comportamiento que la media en este año.
¿Cómo identificáis los cambios de ciclo?
Básicamente, el grupo de estrategia que dirijo evalúa un número de indicadores de flujos – o medidas de flujo como las llamamos – y, a partir de ahí, hemos desarrollado una hipótesis sobre cuál es el tema dominante que se esconde detrás del comportamiento de los gestores. Luego, testamos esta hipótesis examinando otras medidas de flujo. Es un proceso muy sólido y riguroso.
Hoy en día tenemos siete medidas de flujo que apuntan hacia una situación de reflación y las estamos vigilando. Si el número pasa de siete a seis o a cinco, entonces sabemos que algo está cambiando.
La próxima semana Avinash Persaud nos dará su opinión sobre las perspectivas de los mercados mundiales.