Japón: Resona puede ser el primer paso

La bolsa japonesa ha seguido decepcionando a los mercados tras el final de la guerra en Irak. Pero el rescate de Resona puede ser el primer paso de la puesta en marcha de las reformas anunciadas dentro del sector financiero.

Jonas Lindmark 27/05/2003
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El pasado 17 de mayo, el quinto mayor banco del país admitió que sus auditores habían rechazado certificar las cuentas de la entidad. Esto obligó al gobierno a tomar cartas en el asunto y a proceder a algo muy parecido a una nacionalización. El gobierno pagará, en efecto, 2 billones de yenes (unos 14.500 millones de euros) a Resona por casi el 80% de sus acciones.

Sin embargo, lo que ocurrirá exactamente con Resona no está muy claro. Existen diferentes interpretaciones al respecto. Una es que la nacionalización de la entidad es un primer paso de una serie de reformas que afectarán al sector financiero. Otra es que parte del dinero de los contribuyentes está ahora en manos de los dueños de Resona y que la sobrecapacidad del sector bancario sigue sin resolverse.

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Algunos economistas consideran desde hace mucho tiempo que el sistema bancario japonés está en quiebra técnica debido a las deudas incobrables derivadas de la burbuja inmobiliaria de la última década y de las pérdidas continuadas de las compañías. La única forma de salir de esto es a través de una nacionalización. Y esto puede ocurrir si Resona es nacionalizada y si los otros grandes bancos se ven obligados a admitir que su estructura de capital es inadecuada.

Enfrentamiento político

La lucha política por el poder es decisiva. Hasta ahora el ministro de Economía y Finanzas, Heizo Takenada, ha sido el mayor partidario de una reforma del sistema bancario. Pero la elección del presidente del LDP en septiembre debería forzar al primer ministro, Junichiro Koizumi, a sacrificar a Takenada si quiere ganar. Si no es así, habrá probablemente unas elecciones generales cuyo resultado es bastante incierto.

Los inversores se han mostrado muy escépticos respecto al rescate de Resona. La bolsa de Tokio cayó durante la semana que siguió a la operación. Esto puede tener varias lecturas. Una puede ser que los inversores consideran que la nacionalización es algo negativo para los accionistas. Y otra que estos están decepcionados porque el gobierno, una vez más, se ha mostrado incapaz de enviar una señal clara a los mercados.

El desarrollo político, y en especial todo lo referente a las reformas económicas, constituye un tema crucial para Japón. El próximo acontecimiento importante es, como hemos comentado, la elección, en septiembre, del presidente del partido en el poder, el LDP. El actual presidente Koizumi fue elegido en la primavera del 2001 en base a una agenda de reformas. La clave ahora es saber si Koizumi será fiel a esa agenda y si ganará las elecciones en septiembre.

Para la bolsa japonesa, la cuestión política es igualmente importante. Debido a las continuas decepciones que han sufrido los inversores, las cotizaciones han seguido cayendo tras el final del conflicto en Irak. Sin embargo, aquellos inversores que creen que el primer ministro Koizumi empezará a poner en marcha sus reformas, podrían ver en los precios actuales una buena oportunidad de compra.
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Sobre el Autor

Jonas Lindmark

Jonas Lindmark  has been editor and head of fund analysis at Morningstar Sweden since August 2000. Before that he was personal finance editor and designed fund ratings during 9 years at the weekly business magazine Affärsvärlden.

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