La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, celebrada el domingo 7 de julio, no arrojó un claro vencedor. Tres bloques (la izquierda, la mayoría presidencial más bien centrista y la extrema derecha) se repartieron la mayoría de los escaños, pero se negaron a trabajar juntos. He aquí los principales datos y comentarios:
- La Bolsa de París sube pero se mantiene expectante. El rendimiento del bono francés a 10 años bajó, reflejando una forma de alivio entre los inversores.
- La gran incógnita es quién será el próximo Primer Ministro en un Parlamento fragmentado. A estas alturas, la posibilidad de un gobierno de unidad nacional parece poco probable, pero los debates no han hecho más que empezar. Un gobierno dominado por la izquierda, que cuenta con el mayor número de escaños, parece igualmente improbable.
- Está previsto que la nueva Asamblea entre en funciones el 18 de julio. Además de la gestión de los Juegos Olímpicos (26 de julio), se debatirá el presupuesto para 2025. Este presupuesto deberá presentarse a finales de septiembre antes de que las agencias de calificación se pronuncien en octubre. Algunos inversores esperan una rebaja de la calificación crediticia de Francia.
- Los mercados de renta variable podrían moverse al alza y a la baja, a pesar de que las valoraciones se sitúan en sus medias históricas.
Alivio a corto plazo
La Bolsa de París parece esforzarse por encontrar una tendencia clara tras el anuncio de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas.
El escrutinio estuvo marcado por la sorprendente victoria en escaños del Nouveau Front Populaire y la derrota de la Rassemblement National, que no logró convertir su éxito de la primera vuelta en una mayoría, ni siquiera relativa.
A las 15h27, el índice Morningstar Francia subía un 0,2%, tras una apertura a la baja del 0,4% antes de repuntar con más fuerza a última hora de la mañana.
El rendimiento a 10 años de las OAT emitidas por el Tesoro francés bajó un 0,06% (6 puntos básicos) hasta el 3,19% el lunes, tras haber alcanzado un máximo del 3,34% el 2 de julio, al día siguiente de los resultados de la primera vuelta.
"La principal conclusión en este momento es que la Asamblea Nacional está muy dividida. Un Parlamento sin una mayoría clara no tiene precedentes en el sistema institucional actual, y no está claro cómo evolucionará la secuencia política a corto plazo", señala Aditya Chordia, estratega de tipos de JPMorgan, en una nota publicada el 8 de julio y obtenida por Morningstar.
Para este especialista, es probable que el diferencial entre el rendimiento a 10 años de la OAT francesa y el Bund alemán se mantenga entre el 0,6% y el 0,7% (60-70 puntos básicos), frente al 0,68% del viernes 5 de julio, antes de la segunda vuelta de las elecciones legislativas.
El movimiento de este diferencial es un indicador muy importante, que refleja el grado de incertidumbre de los inversores sobre la capacidad del próximo gobierno para reducir el déficit público y situar la deuda pública en una senda más sostenible.
En una nota publicada el lunes por la tarde, Simon Freycenet, estratega de tipos de Goldman Sachs, considera que los resultados de la segunda vuelta "son consistentes con cierto alivio a corto plazo, ya que el centro de gravedad del nuevo parlamento es menos extremo de lo que se temía".
Incertidumbre política y riesgo de estancamiento
"Las consecuencias son muy similares, en nuestra opinión, a las que describimos antes de las elecciones: un parlamento estancado, sin una coalición estable evidente y, por tanto, un probable periodo prolongado de inestabilidad política y opacidad política", subrayan los economistas de Citi en una nota publicada el lunes por la mañana.
"¿Cómo se puede gobernar con una Asamblea tan dividida, y con qué programa?", se pregunta Bruno Cavalier, economista de Oddo BHF.
Lo que suceda a continuación no está claro por el momento, ya que depende en gran medida de las decisiones del Presidente de la República.
Aunque el actual Primer Ministro, Gabriel Attal, ha anunciado su dimisión, es posible que el Jefe del Estado le pida que se quede para garantizar la transición al próximo Primer Ministro, cuyo nombramiento está previsto para los próximos días.
Hasta ahora, Emmanuel Macron ha guardado un sorprendente silencio.
"Tras las elecciones, el centro de gravedad de la Asamblea Nacional se desplazó hacia una izquierda favorable a la subida de impuestos e indiferente a los problemas de competitividad de las empresas, justo lo contrario de lo que Macron intenta desde hace siete años", observa Bruno Cavalier.
Ante el riesgo de no tener mayoría, "Francia corre el riesgo de ser ingobernable o, lo que no es mejor, condenada al inmovilismo, a la espera de una nueva disolución dentro de un año", añade.