Una gestión profesional a bajo coste
Para Rafael Hurtado, responsable de los fondos de fondos de Sogeval, la gestora del Banco Popular, una de las grandes ventajas de los FIMF respecto a una cartera de fondos es el hecho de que el pequeño inversor se beneficia de una distribución de activos realizada por profesionales. “El gestor de un FIMF, precisa, no sólo realiza un análisis profesional de los fondos a incluir en su cartera sino que también tiene la posibilidad de incluir en ella activos poco correlacionados con los activos tradicionales de renta variable o renta fija y de difícil (en algunos casos imposible) acceso para el partícipe individual y, eso, con el objetivo de mejorar el binomio rentabilidad-riesgo de la cartera”. Cita el ejemplo de los CTAs, de los bonos ligados a la inflación y de los bonos convertibles (vea recuadro).
José Manuel Perez-Jofre, Director de Inversiones de Mutuactivos, coincide en este punto. Destaca que desde la entidad gestora se accede, mediante exhaustivos procesos de análisis, a fondos altamente especializados cuya información no llega fácilmente al inversor individual.
Más allá de los activos tradicionales Una de las ventajas de los FIMF respecto a una cartera de fondos gestionado por un particular es el hecho de que el gestor puede incluir en su cartera instrumentos a los que los pequeños inversores no tienen acceso, como los CTAs, los bonos ligados a la inflación o los bonos convertibles. Pero ¿en qué consisten estos instrumentos?
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El concepto de fondos de fondos (de terceros) reposa sobre la idea de que existen gestoras mejores que otras. Desde SCH Gestión recalcan que “es virtualmente imposible que una misma entidad gestora sea la mejor en todas las categorías de inversión de modo consistente. Existen equipos que destacan especialmente en alguna de las categorías de gestión (renta fija, renta variable,...) o estilos de gestión (crecimiento, valor, alternativa) convirtiéndose, por tanto, y durante un periodo de tiempo, en referentes del mercado para este tipo de activos”. El encontrar esas mejoras gestoras y los mejores fondos de las mejores gestoras no es un proceso fácil y requiere tiempo y dedicación.
Accesibilidad y economías de escala
Ahondando en el argumento de la gestión profesional, Rafael Hurtado también destaca las mayores posibilidades de inversión que ofrecen los fondos de fondos. Un FIMF dice, puede, no sólo comprar fondos que no están registrado en la CNMV (aumentando, por lo tanto, las posibilidades de inversión) sino que también puede comprar las clases institucionales de las Sicav (con comisiones más bajas que las destinadas al inversor individual).
Pérez-Jofre, también insiste en esta ventaja de los FIMF. “Por el hecho de invertir de una manera “institucional” se obtienen comisiones de gestión sensiblemente inferiores a las que obtendría el inversor individual. En muchos casos, este descuento excede la comisión de gestión que posteriormente carga el FIMF a sus partícipes”. Luego, también puede darse el caso, explica Hurtado, de que algunos fondos tienen mínimos de suscripción tan altos que, en la práctica, sólo pueden ser comprados por institucionales.
Control del riesgo
En el apartado del control de riesgo, José Manuel Pérez-Jofre señala que “los FIMF se constituyen con el objetivo de dar al partícipe un riesgo controlado mediante una diversificación (geográfica, por tipo de activos, por estilo de gestión, etc) que se traduce en una mayor estabilidad del valor liquidativo. Este control de riesgo implica en muchos casos, como en nuestros fondos de Gestión Cuantitativa y de High Yield, una medición del mismo y una adecuación permanente de la cartera de fondos”.
Ese control del riesgo es evidentemente un aspecto más difícilmente controlable por parte del inversor individual que quiera gestionar una cartera de fondos. Desde SCH Gestión destacan como uno de los elementos de éxito de una gestión profesional de una cartera de fondos el control y seguimiento riguroso y sistemático del comportamiento de los fondos seleccionados que permita proceder al cambio inmediato de uno o varios fondos concretos en cuanto aparezcan las primeras señales de desviación respecto a los objetivos. También indican que una parte importante del trabajo del gestor es evitar duplicidades y concentraciones de riesgo no deseadas, un ejercicio que no siempre está al alcance del inversor individual.
Mayor flexibilidad y comodidad
La mayor flexibilidad de los fondos de fondos es otra ventaja a favor de los FIMF. El gestor no sólo puede pasar fácilmente de un fondo a otro, sino que también muestra (o debería mostrar) un mayor dinamismo a la hora de adaptar su cartera a las distintas condiciones de los mercados. “Las decisiones de sobrponderación de estilos o áreas geográficas son periódicamente revisadas en función del momento del ciclo en que nos encontremos”, precisan en SCH Gestión. Además, el tener un solo valor liquidativo que controlar facilita mucho la vida del partícipe.
Por último, también hay que apuntar, a favor de los FIMF, el hecho de que el inversor puede fácilmente invertir en una gran cantidad de fondos sin necesidad de disponer de un patrimonio elevado.