Los ministros de Economía y Finanzas de la UE han abogado este martes por integrar la educación financiera en los programas escolares para que los ciudadanos tomen decisiones más informadas sobre sus propias finanzas y están mejor preparados para prepararse e invertir para el futuro.
Los Veintisiete han adoptado este martes un documento de conclusiones sobre educación financiera en el que reconocen que "un mejor conocimiento de las finanzas personales fomentaría la participación minorista en los mercados de capitales y contribuiría a una mayor estabilidad financiera general en la UE".
"Reforzar los conocimientos financieros de los ciudadanos es de suma importancia para construir una Unión de Mercados de Capitales más ambiciosa, integradora y resistente", ha afirmado en rueda de prensa el ministro de Finanzas de Bélgica, Vincent van Peteghem, que ostenta la presidencia de turno del Consejo.
De este modo, se busca canalizar los ahorros latentes hacia proyectos de inversión productivos en suelo europeo, ya que se estima que cada año unos 300.000 millones de euros de ahorros de las familias europeas se desvían a los mercados extranjeros, principalmente a la economía estadounidense.
Las conclusiones del Consejo celebran que varios Estados miembro ya hayan desarrollado estrategias nacionales de educación financiera y alienta al resto a implementar otras similares con especial atención a los grupos financieramente vulnerables, como los jóvenes, las personas con ingresos más bajos y niveles más bajos de educación general, y enfocadas a las cuestiones de desigualdad de género, así como las necesidades específicas de los inmigrantes y las personas con discapacidad.
El texto también emplaza a los países de la UE a considerar la integración de la educación financiera en los planes de estudio escolares y fomentar la educación financiera para adultos a través de eventos, seminarios, talleres y campañas de sensibilización.
Por otro lado, los Veintisiete han pedido a la Comisión Europea que apoye acciones que puedan realizarse a través de medios no legislativos, como el Instrumento de Apoyo Técnico y el programa Erasmus+ para financiar proyectos de educación financiera, además de estimular la investigación y la colaboración.