Dan Kemp, director global de investigación e inversión de Morningstar, nos ofrece su visión sobre los principales resultados de los mercados y las tendencias económicas.
En una semana cargada de datos económicos, la atención de los inversores se centrará probablemente en los datos de inflación, con la última lectura de los precios de producción el martes y el Índice de Precios de Consumo (IPC) el miércoles.
Se espera que el IPC subyacente anual (que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía) caiga del 3,8% al 3,6%. Una cifra más alta pondría en entredicho la idea dominante entre los inversores de que la inflación está cayendo (aunque a un ritmo más lento de lo que la mayoría esperaba) y podría provocar volatilidad en los precios de los activos. Sin embargo, es importante recordar que un solo dato económico sirve de poco a la hora de estimar la rentabilidad de una clase de activos y, por tanto, es más probable que sea más una trampa que una oportunidad para los inversores.
El sentimiento de los inversores en primer plano
El Morningstar US Market index subió un 1,85% y los rendimientos de los bonos cayeron al tranquilizar a los inversores sobre la trayectoria de los futuros tipos de interés. Esto nos proporciona un gran ejemplo de la importancia del sentimiento de los inversores sobre los precios de los activos en periodos cortos de tiempo. Separar estos cambios en el sentimiento de los ajustes en el atractivo fundamental de un activo es uno de los retos clave de la inversión, ya que los primeros pueden desencadenar nuestros sesgos naturales de comportamiento y animarnos a tomar decisiones de inversión equivocadas.
La influencia del sentimiento puede apreciarse al desglosar los mercados mundiales de renta variable en sus componentes constituyentes. Durante el primer trimestre del año, el 50% de la rentabilidad de la renta variable estadounidense procedió del sentimiento positivo, expresado por un aumento de la relación precio/beneficios, y no de la rentabilidad fundamental de las empresas que componen el índice (márgenes de beneficios, ventas y rentabilidad del capital para los accionistas).
Aunque el sentimiento puede seguir mejorando, impulsando al alza las cotizaciones bursátiles, es importante que los inversores reconozcan que el componente de sentimiento del valor de una cartera puede desaparecer si los inversores se vuelven más pesimistas en sus pronósticos. Sin embargo, esto no es motivo para cambiar la estrategia de inversión, ya que es probable que este valor se recupere en el futuro siempre que el precio del activo no supere significativamente su valor razonable.
Para profundizar en este tipo de datos, puede descargar aquí nuestro Observador trimestral de los mercados o encontrarlo en Direct Compass.
Invertir en un año electoral
Es probable que las elecciones generales sean uno de los principales motores del sentimiento este año. Un estudio de Morningstar Wealth ilustra el peligro de permitir que las opiniones políticas influyan en las decisiones de inversión y la importancia de permanecer centrados en el largo plazo, ignorando todas las previsiones de carácter político que se convertirán en una parte más importante del ciclo de noticias a medida que avance el año.