Sentimiento de los inversores
Durante el 2002, los inversores se vieron, una vez más, defraudados cuando la recuperación económica que se registró en primavera empezó a perder fuelle y cuando
las reformas fueron postponiéndose. Los inversores extranjeros están continuamente sorprendidos por la falta de sentido común que hay entre los políticos japoneses en temas como la sobrecapacidad, la morosidad bancaria, el comercio exterior, la inmigración o las inversiones en infraestructuras.
Lo curioso es que después de tantos años de caídas sigue habiendo esperanzas. El último argumento de los optimistas es la designación de un nuevo gobernador para el Banco Central. Masaru Hayami cumplirá, en efecto, el próximo 19 de marzo, su mandato de cinco años al frente de la institución y el primer ministro Junichiro Koizumi ya ha anunciado que un nuevo responsable será nombrado el 20 de febrero. Hace un mes Koizumi prometió que iba a elegir a alguién que iba a luchar de forma más activa contra la deflación. Pero son muchos los inversores que dudan de que se atreverá a nombrar a alguién que quiera realmente utilizar todos los medios para generar inflación. En todo caso, la atención del mercado se centrará en este acontecimiento.
Perspectivas
Incluso si el gobierno japonés pone en marcha todas las reformas necesarias, los economistas coinciden en señalar que habrá que esperar al menos un año para ver los efectos positivos. Los inversores, sin embargo, siempre intentan mirar hacia el futuro y la historia nos indica que un mayor optimismo puede ser suficiente para dar alas al mercado nipón.
También hay que tener en cuenta que tanto el gobierno como las principales entidades financieras siempre han sido acusados de soportar las cotizaciones de las acciones cuando se va acercando el final del año fiscal, el 31 de marzo. Como el índice MSCI Japan ha caído un 23% en lo que vamos de año fiscal (hasta el 31 de enero), el sentimiento es que el potencial de subida es mayor que el riesgo de caídas adicionales.