El hecho de que no se produjo ese tan temido derrumbe del sistema financiero y la publicación de un buen dato de crecimiento para el primer trimestre hicieron que la bolsa nipona registrara un buen comportamiento comparado con las demás bolsas mundiales durante el segundo trimestre. En efecto, mientras el índice MSCI Wor
ld cayó un 10% (en dólares), el MSCI Japan ganó un 7%. Las acciones japonesas también consiguieron un buen resultado relativo durante el tercer trimestre, con caídas del 12% para el MSCI Japan frente a un descenso del 19% para el MSCI World. En los tres primeros meses, la diferencia entre estos dos índices alcanzó el 20% a favor del mercado japonés.
Pero en el cómputo del año, las acciones japonesas, con una caíada del 11% en dólares, lo hicieron mucho mejor que el resto del mercado (-21%). En euros, las caídas alcanzaron el 24% para el índice MSCI Japan frente a un retroceso del 33% para el MSCI World.
Este buen comportamiento relativo, al mismo tiempo que decepcionaron el crecimiento económico y la implantación de reformas, demuestra el grado de pesimismo que existía a principios del 2002. El retroceso durante el cuarto trimestre también ofrece un mayor potencial de recuperación si se producen sorpresas positivas. A sus niveles actuales, el MSCI Japan apenas está un 2% por encima del mínimo de los últimos 19 años, por lo que el potencial de caída aparece limitado.
Perspectivas
Los economistas son de la opinión que aunque el gobierno japonés pusiera en marcha todas las reformas necesarias para solucionar los problemas estructurales de los que padece la economía del país, los efectos tradarían más de un año en hacerse notar. Pero la historia demuestra que un aumento del optimismo en la región puede ser suficiente para propulsar la bolsa japonesa.