Hoy en día, existen pocas alternativas tan atractivas, desde un punto de vista de rentabilidad-riesgo, como las que ofrecen los fondos invertidos en Europa del Este. Todos sabemos que a partir del
año 2004, 10 países de esta región (República Checa, Hungría, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Malta y Chipre) entrarán a formar parte de la Unión Europea. Los fondos invertidos en las bolsas de estos países han acogido favorablemente la noticia con subidas cercanas al 7% en los últimos tres meses. Pero una apuesta más clara y menos arriesgada en la región la constituyen los fondos invertidos en deuda pública.
La rentabilidad que uno puede obtener de un fondo de renta fija invertido fuera de la zona euro puede provenir de diferentes fuentes: en primer lugar, del nivel de los tipos de interés de los títulos presentes en la cartera del fondo; en segundo lugar, de los movimientos de esos tipos de interés y, en tercer lugar de la evolución de las divisas en las que invierte el fondo.
El inversor que apueste por la deuda pública de Europa del Este tiene muchas posibilidades de ganar en estos tres frentes. Primero, respecto al nivel de los tipos de interés, sigue existiendo un diferencial de rentabilidad interesante entre la deuda pública de los países de Europa del Este y la de los países de la zona euro. Para que uno se haga una idea, mientras que los tipos de las obligaciones a 10 años del Tesoro español se sitúan actualmente en el 4,6%, los tipos de interés a largo plazo siguen estando por encima del 6% en Polonia, Bulgaria y Lituania; por encima del 7% en Hungría y Eslovaquia; entre el 9 y el 10% en Eslovenia y cercanos al 30% en Rumania.
Segundo, si los países de la región hacen bien sus deberes deberíamos asistir a lo que los especialistas llaman un proceso de convergencia de los tipos de interés; es decir, que los tipos de interés de los países de la región bajarán hasta acercarse hasta el nivel de los tipos de la zona euro. Evidentemente, ese proceso ya se ha producido en parte. Los mercados no han esperado el sí de Irlanda a la incorporación de estos 10 países a la Unión Europea para mover ficha. Por ejemplo, en la República Checa, los tipos a largo plazo ya han prácticamente alcanzado a los de la zona euro pero aún queda margen en muchos otros países. En este punto, conviene recordar el famoso principio de que bajadas de tipos de interés a largo plazo benefician a los fondos que invierten en obligaciones a largo plazo. Es válido para la renta fija euro pero también lo es para la renta fija emergente.
Como indica Jana Benesova, la gestora del Crédit Suisse Bond Fund Converging Europe, “teniendo en cuenta que el proceso de convergencia está en auge en los países de la Europa emergente, todo indica que los diferenciales entre la zona euro y los mercados de valores de renta fija de la Europa convergente (en la actualidad, en una media de 550 puntos básicos) se reducirán, y, en consecuencia, ofrecerán una buena oportunidad de obtener plusvalías”.
Tercero, la evolución de las divisas de los países de Europa del Este también presentan un notable potencial al alza. Alex Clavo, director de renta fija internacional de la gestora norteamericana Franklin Templeton lo explica en estos términos: “la región tiene un potencial importante para atraer inversiones directas extranjeras, gracias a su mercado laboral mucho más barato que el de Europa Occidental. Hay cada vez más empresas que deslocalizan su producción hacia esta región. Esta tendencia está llevando a una apreciación de las monedas de estos países”. También es de la misma opinión Abdallah Guezour, gestor del Schroder ISF Converging Europe Bond. Resalta el buen comportamiento de las exportaciones que podría traducirse en revalorizaciones para las divisas de la región.
Un lugar bastante seguro
Los mercados de Europa del Este, no lo olvidemos, forman parte de los mercados emergentes y, como tal, presentan más riesgos que los de los países desarrollados. Pero los expertos se apresuran a puntualizar que Europa del Este no es Latinoamérica. Existe, insisten, un control y un seguimiento tanto político como institucional y económico por parte de la Unión Europea. Luego, también insisten en que el proceso de convergencia no es una utopía sino que es un fenómeno que realmente se está produciendo. Guezour recalca, por ejemplo, que la mayoría de los países ya cumplen los criterios de Maastricht (el del déficit público es quizás el más problemático) y que algunos de ellos presentan una tasa de inflación por debajo de muchos países de la zona euro. Para este gestor, la región constituye un lugar “seguro” para invertir.
En este sentido, Benesova añade, “una menor inflación, menos incertidumbre política y una estabilidad cada vez mayor de las divisas en la Europa emergente ofrecen un contexto propicio para invertir en esta área”.
¿Cuánto se puede ganar?
Este proceso de convergencia puede ser muy parecido al que vivieron algunos países, como España, durante gran parte de los años 90. Como vemos en el gráfico adjunto, la bajada de tipos de interés que experimentaron las obligaciones a largo plazo del Tesoro español (línea azul – escala derecha) propició ganancias importantes para la media de los Fondtesoros nacionales. La observación de lo que ocurrió en aquella época también nos indica que el proceso de convergencia no fue un proceso lineal. La subida de tipos que se produjo durante el año 94 (el tipo de las obligaciones a 10 años pasó del 8,3% al 11,8%) trajo algunas pérdidas en esta categoría de fondos y muchos dolores de cabeza para aquellos partícipes que habían invertido en fondos de renta fija.
Pero, ¿qué rentabilidad podemos esperar invirtiendo en renta fija de Europa del Este? Siempre es difícil hacer pronósticos sobre rentabilidades futuras pero, en este caso, nos puede servir de referencia el objetivo que se ha marcado Guezour: este gestor pretende obtener una rentabilidad absoluta comprendida entre el 8% y el 12% en términos anuales. Es más o menos la rentabilidad que están consiguiendo, en los últimos doce meses, los fondos de esta categoría.
Pocos candidatos
Aunque parezca increíble hay muy pocos fondos que invierten sus carteras en los países candidatos a formar parte de la Unión Monetaria y no todos invierten exclusivamente en deuda de los países de Europa del Este. Tan sólo cuatro fondos: el Schroder ISF Converging Europe Bond , el Crédit Suisse Bond Fund Emerging Europe, el Vontobel Eastern European Bond y el UniEuroAspirant de Union Investment responden a este criterio. Elegir uno en particular es bastante complicado. Aunque las rentabilidades obtenidas por estos fondos son bastante parecidas, cada uno tiene sus propias características a nivel de composición de cartera. El UniEuroAspirant, por ejemplo, invierte en países como Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca y Noruega que también son candidatos, a más largo plazo, a formar parte de la Unión Europea. El fondo de Crédit Suisse concentra sus inversiones en Polonia y Hungria. El Vontobel Eastern European Bond extiende su zona de inversión hasta la República Checa y Eslovaquia mientras que el Schroder ISF Converging Europe Bond hace gala de la mayor diversificación. Pero lo que parece claro, si todo ocurre como previsto, es que estos fondos deberían superar en rentabilidad a los fondos de renta fija de la zona euro.
Artículo publicado originalmente en el nº 446 del 20 de diciembre de la revista Inversión