El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener sin cambios los tipos de interés en su primera reunión del año, tal y como se esperaba, y no dio ninguna pista sobre cuándo podría empezar a recortarlos.
El euro cayó con fuerza frente al dólar y los mercados de renta variable subieron tras el anuncio de la decisión.
El banco reiteró que mantendría los tipos altos "mientras sea necesario", pero la gran pregunta es cuánto tiempo. La declaración introductoria dejó esto sin respuesta.
¿Cuándo recortará tipos el BCE?
"A pesar del tono cauteloso del BCE, creemos que es probable que los recortes de tipos se produzcan más pronto que tarde, con unos tipos de interés en máximos históricos que dan al banco un amplio margen de maniobra en 2024", afirma Michael Field, estratega de mercados europeos de Morningstar.
En las últimas semanas, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se ha opuesto a las apuestas agresivas del mercado sobre recortes de los tipos de interés. "Por supuesto, los banqueros centrales no están contentos con la presión añadida de los inversores para recortar los tipos, sin embargo, dado el frágil estado de la economía europea, y con la inflación cayendo a sólo el 2,9% en diciembre, creemos que las estrellas se están alineando para los recortes de tipos pendientes", dice Field.
Los mercados financieros prevén que el BCE empiece a recortar los tipos de interés oficiales en primavera, con cuatro recortes más a lo largo del año; se esperan recortes de unos 150 puntos básicos en 2024.
En la declaración del jueves, el BCE reafirmó su compromiso de seguir reduciendo la inflación hacia el nivel objetivo del 2%, con la convicción de que los tipos actuales están en los niveles adecuados para lograrlo. "No obstante, señalaríamos la rapidez y el alcance de la caída de la inflación, así como su trayectoria, en apoyo de los recortes de tipos", según Field.
"En última instancia, con la economía tambaleándose al borde de la recesión y la inflación en el ball-park correcto al menos, creemos que el enfoque del BCE pronto puede cambiar hacia un enfoque más equilibrado de la gestión de la inflación junto con la actividad económica."
"El BCE dejó caer dos frases que podrían interpretarse como la apertura de la puerta a recortes de tipos, pero que también podrían haberse dejado caer porque no hay nuevas previsiones: una sobre la elevada presión de los precios internos y otra sobre un repunte temporal de la inflación", añade Carsten Brzeski, economista jefe de ING Alemania en X (antes Twitter).
La inflación subyacente sigue cayendo
El BCE confirmó su anterior valoración de las perspectivas de inflación a medio plazo: la tendencia a la baja de la inflación subyacente ha continuado, al margen de un efecto base al alza sobre la inflación general, relacionado con la energía.
Las recientes subidas de los tipos de interés parecen estar ayudando: según el banco, "las estrictas condiciones de financiación están frenando la demanda, lo que contribuye a reducir la inflación".
Aunque siguen en curso muchas negociaciones salariales, Lagarde declaró a los periodistas que el seguimiento salarial realizado por el BCE se está estabilizando.
La economía de la Eurozona sigue fragil
Los últimos datos macroeconómicos avivaron los temores de que la zona euro se encamine hacia una recesión. El último dato débil fue el índice Ifo de clima empresarial alemán, que cayó de 86,3 a 85,2 puntos. Junto con la reciente caída de la producción industrial, esto sugiere que el PIB de la mayor economía europea volverá a contraerse en el primer trimestre.
La próxima semana, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra anunciarán sus decisiones sobre los tipos de interés. El año pasado, los mercados esperaban que los bancos centrales empezaran a recortar los tipos simultáneamente, y por eso incluso aquí en Europa había tanta atención puesta en la Fed, según Field de Morningstar.
Pero la economía estadounidense corre el riesgo de recalentarse y la inflación ha vuelto a subir, por lo que la Fed tiene una tarea más difícil entre manos, añade Field. En este sentido, los europeos no deberían esperar que EE.UU. lidere la relajación monetaria.