Gracias a un buen comportamiento durante los meses de febrero y abril, la bolsa nipona sigue comportándose bastante bien en lo que vamos de año. El índice MSCI World pierde, por ejemplo, un 18% hasta el 30 de julio mientras que el MSCI Japan (ambos medidos en dólares) gana un 1%. Pero también hay que s
eñalar que el año pasado el comportamiento fue peor con lo que a tres años, las bolsas europeas o norteamericana sigue siendo más rentables que la japonesa.
Otra explicación importante a la reciente caída de la bolsa japonesa hay que buscarla en la creciente decepción respecto al primer ministro Junichiro Koizumi que tras más de un año no ha conseguido llevar a cabo ninguna de las reformas importantes que prometió cuando fue elegido.
La privatización del Correo japonés (que no sólo distribuye el correo sino que también es el mayor banco y la mayor aseguradora del país) era considerada por muchos como una de las promesas más importantes pero ésta, al igual que muchas otras que afectan al sistema financiero, ha caído en saco roto debido a la oposición de miembros de su propio partido (el LPD).
Perspectivas
Es necesario una gran sorpresa positiva para reactivar el Mercado bursátil japonés. Pero de momento no hay cambios al horizonte y siguen imperando tanto el impasse político como la debilidad del sistema financiero. Existen pocas probabilidades de que el primer ministro, Junichiro Koizumi, implante sus prometidas reformas.
Además sigue existiendo el riesgo de un shock petrolero provocado por un ataque estadounidense sobre Irak. Tras más de diez años de pobre crecimiento, el pesimismo es tan extendido que una noticia negativa tiene más posibilidad de afectar al mercado que una positiva.