La energía eólica es crucial en la transición hacia la energía neta cero. Sus atributos como fuente de energía renovable, unidos a su capacidad para producir electricidad sin emitir gases de efecto invernadero, subrayan su importancia. Pero justo cuando el mundo necesita más energía limpia que nunca, el aumento de los costes está haciendo descarrilar los proyectos de energía eólica marina, amenazando con alejar aún más los objetivos del cambio climático.
"Aunque reconocemos que la energía eólica tiene un papel fundamental que desempeñar en el futuro mix energético, observamos varios problemas estructurales y riesgos económicos para los operadores", afirma Andrea Carzana, cogestor del fondo Aviva Investors Global Climate Transition Equity, a Morningstar.
En la actualidad, las energías renovables cubren alrededor del 20% de la demanda total de energía en Europa, por lo que el objetivo actualizado del 42,5% ya es ambicioso. Sin embargo, varios de los vientos de cola que la impulsaron a su nivel actual en la pasada década están cambiando y convirtiéndose en vientos en contra.
"La inflación mundial y la subida de tipos son los más notables, ya que ambos incrementan sustancialmente los costes, lo que amenaza el desarrollo futuro y actual de los proyectos, en particular de la eólica marina", concluían los analistas de Morningstar en un informe sectorial de octubre.
"A ellos se suman los continuos retrasos en la concesión de permisos en toda Europa, mientras que la introducción de mayores subvenciones hace de EE.UU. un lugar más atractivo para invertir".
El gigante danés Ørsted (ORSTED), el mayor promotor mundial de energía eólica marina, protagoniza este drama. Con proyectos fallidos, pérdidas multimillonarias, retrasos en la cadena de suministro, aumento de los tipos de interés y una caída en picado del precio de sus acciones, Ørsted ejemplifica las dificultades del sector.
"Estos retos no son en absoluto exclusivos de Ørsted, pero algunos de sus competidores tienen flujos de ingresos más diversificados", explica Matthew Donen, analista de Morningstar.
En cambio, Vestas (VWS), el mayor fabricante de aerogeneradores del mundo, aumentó sus precios gracias a la subida de las materias primas y obtuvo beneficios en el tercer trimestre.
Costes crecientes
Los costes de la energía eólica marina se han disparado un 50% debido al aumento de los costes de construcción y capital, lo que dificulta a promotores y proveedores la financiación de proyectos con márgenes rentables.
Una unidad de la española Iberdrola (IBE) canceló a principios de año un contrato de venta de energía de un parque eólico proyectado frente a la costa de Massachusetts. Ørsted también perdió una oferta para suministrar energía eólica marina a Rhode Island, cuya principal empresa de servicios públicos dijo que el aumento de los costes hacía que la propuesta fuera demasiado cara.
El mayor proyecto de parque eólico marino del Reino Unido se interrumpió bruscamente este verano, cuando la empresa estatal sueca Vattenfall suspendió las obras de su parque de Norfolk Boreas debido a un aumento del 40% en los costes del proyecto. Como consecuencia, Vattenfall tendrá que hacer frente a una pérdida de valor de 5.500 millones de coronas suecas (416 millones de libras).
En septiembre, una subasta de proyectos de energía eólica marina en el Reino Unido no atrajo ninguna oferta, lo que supuso un revés para los planes del gobierno de aumentar la energía eólica marina de los 14 GW actuales a 50 GW en 2030. Los posibles licitadores afirmaron que la rentabilidad de los proyectos no tiene sentido para los promotores.
"Las empresas de toda la cadena de valor están [...] rebajando el valor de sus activos eólicos marinos, los proyectos se están volviendo onerosos y existe la posibilidad real de que los operadores abandonen los proyectos debido a la escasa rentabilidad, lo que retrasará el tan necesario aumento de la energía eólica", afirma Andrea Carzana, cogestor del fondo Aviva Investors Global Climate Transition Equity.
¿Vientos favorables?
Aunque el sector se enfrenta a retos persistentes, hay un rayo de esperanza en el horizonte. La demanda mundial de parques eólicos marinos está a punto de dispararse, y los gobiernos de todo el mundo se han comprometido a aumentar sustancialmente su capacidad eólica.
En Europa, países como el Reino Unido, Alemania y los Países Bajos se comprometieron a principios de año a alcanzar un total de 120 GW de energía eólica para 2030, más del cuádruple de la capacidad actual. El Presidente Joe Biden se propone instalar 30 GW de parques eólicos marinos en EE.UU. para finales de la década, frente a los casi inexistentes en la actualidad.
Para hacer frente a la escalada de los costes, el Reino Unido ha tomado recientemente medidas directas para contribuir a la financiación, aumentando el precio de las ayudas a los nuevos parques eólicos marinos. Alemania también facilitará el acceso a la red de las empresas de energía verde. La Comisión Europea también ha reconocido la preocupante situación y publicó a finales del mes pasado un plan de acción que presenta medidas para acelerar el despliegue mediante la agilización de los permisos y el acceso a la financiación.
"Aunque el sector está atravesando una dolorosa fase de reajuste, no cabe duda de que la energía eólica marina sigue siendo una herramienta vital para la transición energética", declaró a Funds Europe Charlie Thomas, Director de Información de EdenTree.
Las cifras de inflación en todo el mundo siguen una tendencia a la baja, lo que indica que los tipos de interés más bajos podrían estar en el horizonte cercano. Esto, combinado con diversos incentivos para el sector eólico marino, podría ser la salvación que el sector necesita.
"Tanto los tipos de interés como la inflación parecen haber alcanzado una meseta, lo que proporciona cierta seguridad en los costes y favorece la inversión", afirma Carla Ribeiro, responsable de asesoramiento en eólica marina para el Reino Unido e Irlanda de la consultora Ramboli, según Bloomberg.