¿Y los fondos de renta fija me diréis? Bueno, sí, muchos de ellos están obteniendo ganancias desde enero pero bastante limitadas. Los mejores fondos de renta fija de la zona euro (los más rentables, me refiero) apenas alcanzan el 2,5% de subida en ese periodo. Dentro de los
fondos de renta, es posible encontrar categorías que superan esta rentabilidad (algunos de divisas emergentes o escandinavas) pero es bastante marginal. Además, los partícipes que han intentado diversificar fuera de la zona euro se han encontrado con las caídas del dólar frente al euro.
Pero lo que no debemos olvidar es que en términos reales (es decir descontando el efecto de la inflación) muchos fondos presentan rentabilidades negativas en este año. En efecto, en los cinco primeros meses de este año, la inflación, medida por el IPC, registra un crecimiento del 2,5%, muy por encima de lo que han podido ganar la mayoría de fondos en nuestro mercado.
No voy a insistir en el efecto pernicioso que tiene el aumento del coste de la vida sobre la rentabilidad de los fondos de inversión (publiqué un artículo sobre ello hace algún tiempo – pinche aquí para leerlo) pero es un aspecto que muchas veces pasa desapercibido para los inversores.
¿Sabía usted, por ejemplo, que si partimos de una base de 2.800 puntos para el IBEX 35 a finales de mayo del 92, hace 10 años, el nivel actual, descontado el efecto de la inflación, estaría en torno a los 4.500 puntos en lugar de 7.000? Es decir, la rentabilidad real en ese periodo sería del 5% anual frente a una rentabilidad bruta de casi el doble.
Tradicionalmente, para luchar contra la inflación el inversor ha acudido a activos como el oro o el inmobiliario pero, aunque ambos se han comportado extraordinariamente bien en estos últimos meses, nadie puede asegurarnos que la tendencia se prolongará a más largo plazo, por lo que al ahorrador no le queda más remedio que intentar obtener una mayor rentabilidad bruta para sus ahorros o, lo que es lo mismo, asumir más riesgo con su dinero.
En algunos países, sin embargo, los inversores lo tienen un poco más fácil. En Estados Unidos, por ejemplo, el Tesoro emite desde el año 97 unas obligaciones (conocidas bajo el nombre de TIPS – Treasury Infation Protected Securities) que están referenciadas al índice de precios al consumo de aquel país y que protegen, por lo tanto, al inversor del impacto de la subida del coste de la vida. Incluso, hay algunos fondos (no muchos, unos cinco o seis) que invierten casi exclusivamente en estos títulos.
Funcionan de la siguiente manera. Supongamos que el Tesoro norteamericano emite unos TIPS con un cupón anual del 4% pagadero semestralmente con un valor de 1.000$. Si al cabo de los seis primeros meses el índice de precios al consumo ha subido un 2%, el Tesoro pagará el cupón correspondiente pero calculado no sobre los 1.000$ de principal sino sobre una cantidad de 1.020$ que incorpora el efecto de la inflación. Además, al vencimiento del bono, el tenedor también recibirá el principal incrementado por el efecto de la inflación.
Evidentemente, estos títulos se comportan mejor que los bonos tradicionales en periodos de subida de precios (en los cinco primeros del año, el índice Lehman Brothers TIPS ha ganando casi un 6% - en dólares – frente a un 2% para un índice de bonos del Tesoro) y, lógicamente, lo hacen peor en periodos de deflación.
Pero, tal como están las cosas (conflicto en Oriente Próximo, perspectivas de recuperación económica, incremento de la conflictividad laboral,...), lo normal es que el riesgo de deflación sea bastante reducido y más bien haya que preocuparse por un incremento en los niveles de inflación.
¡Qué pena que nuestro Tesoro español no tenga la misma agilidad mental que el Tesoro norteamericano! Seguro que muchos inversores y partícipes de fondos de inversión (¿se imaginan Fondtesoros protegidos contra la inflación?) estarían deseosos de invertir en un instrumento que les permita saber a priori y con certeza cuál va a ser la rentabilidad real de su inversión, algo sin duda bastante interesante en estos momentos de gran incertidumbre.