El interés por las biotecnológicas se remonta a septiembre del 98. Así lo demuestran los diferentes índices del sector. Entre 1995 y 1997, asistimos al lanzamiento y al éxito comercial de los anticuerpos monoclonales que estábamos esperando desde hace mucho tiempo.
En realidad las empresas biotecnológicas también se beneficiaron del efecto puntocom y la mediatización en torno a las investigaciones sobre el genoma humano han llamado igualmente la atención del gran pú
blico sobre este sector...
En esta época hemos pasado de una situación en la que teníamos seis compañías que ganaban dinero y dominaban el mercado, y con las otras perdiendo dinero, a una situación actualmente en la que tenemos una treintena de empresas más o menos rentables.
¿Cómo se ha comportado su fondo durante esa época en cuanto a patrimonio se refiere?
El fondo empezó a comercializarse en enero del 94, originalmente de forma interna para los clientes de la banca Pictet que deseaban invertir en el sector de la biotecnología. En marzo del 95 el fondo se transformó en SICAV luxemburguesa y la distribución se expandió hacia el exterior.
Esta evolución fue bastante oportunista. Vimos que había un interés por el sector en general y por este fondo en particular. Fue un éxito. A finales del 98 el patrimonio del fondo alcanzaba 200 millones de dólares y pasamos a 2.100 millones en junio del 2000.
Hoy en día hemos vuelto a 1.200 millones de dólares en términos de patrimonio debido a la caída de los mercados mientras que el número de participaciones en circulación ha crecido de forma constante.
¿Espera un rebote en los valores biotecnológicos?
Desde marzo del 2000, estamos asistiendo a una consolidación del sector, algo que al principio estaba totalmente justificado. En el año 2001, el fenómeno fue global con una consolidación general de los mercados y, en este contexto, el sector biotecnológico se ha comportado relativamente bien con un retroceso medio de apenas el 16%.
Actualmente este recorte me parece excesivo y pienso que dura demasiado tiempo.
La situación debería cambiar. Hemos visto cuatro fusiones y adquisiciones en diciembre pasado y creo que existe algunas start-ups (empresas de muy reciente creación) que podrían ser compradas.
Dentro de este contexto, ¿cómo está invertida su cartera?
La cartera se compone actualmente de 43 valores con un objetivo comprendido entre 40 y 45.
Entre los valores más destacados figura Serono. Es una compañía suiza, la mayor biotecnológica europea. Muestra un fuerte crecimiento de sus ventas y beneficios y posee un fuerte potencial en Estados Unidos.
Genzyme es especialista en enfermedades genéticas raras. En este caso la razón para tenerla en cartera es la existencia de un potencial a corto y medio plazo en el tratamiento del exceso de fosfato. La compañía no está cara y ya obtiene beneficios.
Celgène, activa en el tratamiento contra el cáncer, también es una posición importante dentro de la cartera. Está especializada en la señalización intracelular. Gracias a su acuerdo con Novartis, dispone de una base de ingresos recurrentes.
Se interesa sobre todo por las compañías que son capaces de ganar dinero...
La industria biotecnológica es ante todo una industria del descubrimiento donde también hay empresas en fase comercial. Sobre 400 empresas, una treintena han llegado a ese estado.
Es cierto que desde hace doce meses, nos estamos orientando más hacia empresas que están lanzando sus productos en el mercado que hacia empresas de pura investigación y desarrollo. Pero hace tres años, la percepción de oportunidades era distinta. Teníamos más empresas de pequeña capitalización y compañías que ofrecían una plataforma tecnológica. Y hace cuatro años teníamos muchas empresas de gran capitalización. Como ve, no tenemos una estrategia rígida en este sentido.