Hay valor en la deuda emergente

Los mercados de renta fija de los países emergentes pueden ofrecer excelentes rentabilidades. Eso es lo que piensa Abdallah Guezour, co-gestor del SISF Emerging Market Debt de Schroder, en una entrevista concedida a finales del año pasado a Morningstar aunque diversifica la cartera del fondo con el fin de no sufrir las crisis regionales.

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Su gestora propone varios compartimentos de fondos de obligaciones, ¿cómo se define el universo de los mercados emergentes?

El fondo SISF Emerging Market Debt invierte en todos los mercados emergentes tanto de Asia como de Latinoamérica, del Pacífico o de Europa del Este. Nuestro universo de inversión también se extiende desde la deuda pública a la privada tanto en divisas como en dólares.

Intentamos ensanchar lo más posible nuestro terreno de juego con el objetivo de no estar tan pegado como nuestros competidores al índice JP Morgan EMBI+.

El problema de una gestión muy pegada al benchm

ark en los mercados de deuda emergente es que el índice de referencia está muy concentrado con una exposición cercana al 70% en Latinoamérica. Basta que esta región tenga problemas para que el índice lo sufra. También hay que recalcar que estos mercados son extremadamente cíclicos con crisis que son recurrentes. Una gestión muy próxima al benchmark no permite evitar esas crisis mientras que una gestión dinámica con un proceso de inversión “disciplinado” da más margen de maniobra para gestionar de forma más cómoda estas situaciones de crisis.

Su objetivo por lo tanto es desmarcarse de la gestión tradicional...

Nuestro objetivo es obtener una rentabilidad total del 10 al 15% anual con una volatilidad extremadamente limitada del orden del 9 al 10%. También tratamos de no obtener pérdidas en cada año natural. Estos objetivos, los hemos cumplido desde el lanzamiento de nuestro fondo en 1995.

En realidad nuestra gestión es muy dinámica, lo que nos ha permitido evitar determinadas crisis: Asia en el 97, Rusia en el 98, Brasil en el 99, Turquía y Argentina en el 2000 y 2001.

También estamos muy atentos a los primeros signos de debilidad y nos metemos muy rápidamente en liquidez si es necesario.

Se trata por lo tanto de un enfoque muy oportunista...

Se puede ver de esta forma. A finales de octubre pasado, teníamos un 0,8% de nuestra cartera invertido en Argentina. El año pasado ha habido una enorme volatilidad respecto a Argentina aunque hemos conseguido no perder dinero y ello a pesar de llegar a tener hasta un 15% de nuestra cartera en deuda argentina. El índice JP Morgan EMBI+ que estaba expuesto en un 25% a Argentina a principios del 2001 seguía expuesto a razón de un 16% en noviembre.

¿No carecen algunos países de visibilidad?

Evidentemente, es preferible anticiparse a los movimientos de tendencia pero también hay que tener un proceso de inversión sólido, una capacidad de análisis macroeconómico y, en determinados casos, analistas locales. Pero muchos países emergentes ofrecen una excelente visibilidad. Hay, por ejemplo, la misma visibilidad sobre la deuda polaca que sobre la deuda americana o de cualquier otro país del G7.

¿Dónde están las oportunidades a medio plazo?

El mercado latinoamericano nos parece muy prometedor. Pensamos que la crisis empieza a resolverse y podemos encontrar muchos productos con un fuerte descuento. Actualmente la deuda soberana argentina está anticipando una reestructuración de las actuales obligaciones con una renuncia de la deuda del orden del 70%. Es decir llegamos a niveles que implican un riesgo de impago de casi el 100%. Estamos esperando un fuerte rebote de estas obligaciones una vez que el proceso actual de reestructuración de la deuda haya concluido.

Tomemos por ejemplo el caso de la deuda rusa. En 1998 estaba en impago y desde entonces consigue rentabilidades extraordinarias: +165% en 1999, +55% en el 2000 y más del 50% este año (noviembre 2001). También tenemos el ejemplo de Ecuador que se encontraba en una situación mucho más precaria que la de Argentina hoy en día pero ha reestructurado su deuda el año pasado y desde entonces ha rebotado muy bien.

En Asia nos interesa esencialmente los productos “corporate” (deuda de empresas privadas). La deuda pública ofrece diferenciales muy bajos y no hay mucho que esperar de ella.

En Europa del Este, somos muy activos en Hungría, en la República Checa y en Polonia. Estos países están en proceso de convergencia para su entrada en la Unión Europea. Sus mercados son pequeños pero ofrecen una buena rentabilidad y un riesgo comparable al del Bund alemán.

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Sobre el Autor

Frédéric Lorenzini

Frédéric Lorenzini  est Directeur de la Recherche de Morningstar France.

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