Los ETFs de smart beta, también conocidos como de beta estratégica, despiertan tanto interés en Europa como en Estados Unidos, pero hay un segmento que también es muy popular a este lado del charco: los instrumentos especializados en empresas con altos dividendos.
Según el último informe anual de Morningstar sobre estas estrategias, que se caracterizan por replicar índices que buscan aumentar la rentabilidad o cambiar el nivel de riesgo respecto a los índices de referencia tradicionales, los ETF de smart beta orientados a dividendos recaudaron más de 6.700 millones de dólares en 2022, lo que supone un comportamiento significativamente mejor que el del mercado en su conjunto.
De hecho, la industria europea de smart beta terminó 2022 con unos flujos netos globales de 3.200 millones de dólares y unos activos que cayeron un 11,3% en doce meses, terminando en 96.000 millones de dólares en diciembre de 2022. Este segmento de fondos indexados representa apenas el 6,8% del mercado global.
"A lo largo de 2022, los activos y flujos de los ETF de beta estratégica domiciliados en Europa mostraron una volatilidad significativa debido al difícil comportamiento del mercado de renta variable y a las fluctuaciones de los tipos de cambio", afirma Monika Calay, responsable de estrategias pasivas de Morningstar en Europa. "Los activos totales alcanzaron un máximo de 114.000 millones de dólares en marzo, pero experimentaron fuertes salidas en septiembre, alcanzando un mínimo anual de 85.400 millones de dólares."
Una fase positiva para las estrategias de renta
En un contexto de fuerte caída de los mercados bursátiles y de renta fija, los inversores reconsideraron las estrategias de renta con el fin de aportar cierta estabilidad a sus carteras. La tradicional correlación negativa entre acciones y bonos, en la que a menudo se confía para la diversificación, pareció desaparecer en 2022. En este contexto, los fondos de alto dividendo resultaron una alternativa atractiva para quienes buscaban ingresos regulares y estabilidad.
El interés por los ETF de dividendos de beta inteligente no es solo un fenómeno europeo, sino que en todo el mundo estos instrumentos han sido de los más populares. En 2022, los ETF de dividendos captaron 85.000 millones de dólares netos en todo el mundo, es decir, el 52% de los flujos de todos los productos de beta estratégica.
En Estados Unidos, que es el mayor mercado de betas estratégicas, recaudaron casi 70.000 millones de dólares en 2022, con un crecimiento orgánico anual del 21%, el mejor rendimiento desde 2013, cuando aún eran una clase de activos emergente.
La fase positiva para las apuestas inteligentes de dividendos continúa este año, como explicaba Valerio Baselli, editor senior internacional de Morningstar, en un artículo reciente: "El primer trimestre fue más que positivo, con casi 2.000 millones en entradas. Ha sido el tercer mejor trimestre de la historia (después del 2T y el 1T de 2022). En general, los flujos hacia este tipo de fondos han repuntado con fuerza desde enero de 2022 tras un largo periodo de entradas modestas'.
¿Por qué las smart betas sufrieron en 2022
En Europa, otras estrategias smart beta sufrieron la volatilidad del mercado, especialmente en septiembre de 2022, cuando el índice Morningstar Global Net Return perdió más de un 9%, uno de los peores descensos mensuales en dos décadas. La elevada inflación, las contínuas subidas de tipos y los problemas en la cadena de suministro deprimieron el ánimo de los inversores y alimentaron las ventas.
En este contexto, las estrategias de impulso, que se basan en la idea de que los valores que han obtenido buenos resultados en relación con sus homólogos tenderán a seguir superándolos durante un tiempo, y viceversa en el caso de aquellos con rendimientos decepcionantes, sufrieron. En el conjunto de 2022, sufrieron reembolsos de más de 2 100 millones de USD en Europa. El saldo para los ETF smart beta de materias primas también fue abultado (-2.100 millones).
Un buen 2022 para los ETF de baja volatilidad
Entre los pocos fondos indexados de beta estratégica con flujos netos positivos en 2022 se encuentran los orientados al riesgo (+784,6 millones de dólares). Esta cifra no es sorprendente en un contexto de turbulencias en los mercados. En efecto, estos instrumentos tienden a seleccionar y ponderar los valores en función de la volatilidad histórica y del nivel de correlación entre los componentes del índice replicado. Desde principios de año, sin embargo, han prevalecido los reembolsos de ETF smart beta de baja volatilidad, probablemente porque los inversores ya han aprendido que suelen ir mejor cuando los mercados van mal.
Los mayores ETFs de smart beta en Europa
La preferencia de los inversores por los fondos cotizados de alto dividendo se refleja en la clasificación de los mayores productos de smart beta en Europa. En primer lugar, se encuentra el SPDR® S&P US Dividend Aristocrats ETF (USDV) con 4.800 millones de dólares en activos (a 31 de diciembre de 2022) y una calificación Morningstar Medalist de Silver. En el top 10 se encuentran otros dos productos orientados a los dividendos: el Vanguard FTSE All World High Dividend Yield ETF (VHYD), con 3.200 millones de activos y una calificación Gold Medalist y el iShares STOXX Global Select Dividend 100 ETF (ISPA), que cuenta con 2.100 millones de activos y una calificación Neutral Medalist (todas las calificaciones son a 31 de mayo de 2023).