Como suele ocurrir en momentos de crisis o de gran inestabilidad bursátil, el dinero ha vuelto ha refugiarse estos últimos días en los fondos de menor riesgo como son los fondos de renta fija. Pero el comportamiento ha sido algo desigual entre las distintas clases de fondos que componen esta categoría.
En primer lugar conviene dejar claro de antemano que aunque a continuación examinemos el comportamiento a muy corto plazo de algunas categorías de fondos, estos son ante todo (y con algunas excepciones como pueden ser los FIAMM que analizamos justo a continuación) instrumentos de inversión para el largo plazo. Dicho esto, pasemos revista a las distintas clases de fondos de renta fija.
Los FIAMM se verán afectados por la decisión del BCE
Sin duda, la categoría de fondos estrella este año (por el flujo de dinero que han recibido incluso durante estos últimos días) es la de los fondos monetarios o FIAMM. Para ver cuál ha sido el impacto sobre los fondos monetarios es necesario primero distinguir entre lo que son los fondos monetarios invertidos en euros (los tradicionales FIAMM) y los fondos monetarios invertidos en divisas (principalmente dólares norteamericanos).
En lo que respecta a los FIAMM españoles, es necesario recordar que éstos siempre presentan rentabilidades positivas. La explicación hay que buscarla en el hecho de que sus carteras invierten exclusivamente en títulos de renta fija a muy corto plazo (básicamente letras del tesoro y repos sobre deuda pública) y que esos títulos (por lo menos los que tienen un vencimiento inferior a seis meses, es decir, la gran mayoría de los que están presentes en las carteras de estos fondos) se valoran a precio de adquisición más los intereses devengados. Por lo tanto, como uno puede imaginar, esta categoría no se ha visto prácticamente afectada por la crisis desatada por el ataque terrorista a Estados Unidos. Pero eso no quiere decir que en el futuro no sufran alguna que otra consecuencia de estos acontecimientos.
En efecto, aunque a primera vista los FIAMM parecen mantenerse al margen de todo lo que está pasando, no conviene olvidar que sí se verán afectados por los recientes movimientos de tipos de interés a corto plazo decididos por el Banco Central Europeo (el BCE rebajó el lunes sus tipos en 50 puntos básicos hasta situarlos en el 3,75%). Las bajadas de tipos de interés a corto plazo tendrán como consecuencia una caída de su rentabilidad futura. ¿Qué significa esto en términos prácticos? Significa que si actualmente la rentabilidad media obtenida por los FIAMM en los últimos doce meses se sitúa en torno al 3,7% hay que esperar una rentabilidad sensiblemente inferior de aquí a un año. ¿Cuánto inferior? Es difícil decirlo ya que dependerá de cómo vayan evolucionando los tipos de interés a corto plazo.
Monetarios extranjeros: también cuenta el efecto de la divisa
En cuanto a los fondos monetarios internacionales (aquí estamos sobre todo hablando de los fondos que invierten en dólares norteamericanos que son los más vendidos en nuestro país – por supuesto, también hay fondos monetarios en yenes, libras esterlinas o francos suizos pero no son tantos como los fondos en dólares), no sólo hay que contar con el efecto de los tipos de interés (la Reserva Federal también ha recortado en 50 puntos sus tipos de interés a corto plazo hasta dejarlos en el 3% y por lo tanto la rentabilidad futura de los fondos moentarios en dólares se verá algo mermada) sino también con el efecto de la divisa (depreciación o apreciación de la moneda en la que invierte el fondo respecto al euro), un efecto que se nota de forma inmediata en la rentabilidad del partícipe.
En el caso concreto del dólar norteamericano, éste ha perdido casi un 3% desde el pasado día 11 de Septiembre, pérdida que se habrá trasladado directamente a los fondos monetarios en dólares (puede tener más detalles sobre cada uno de los fondos de esta categoría eligiendo la categoría Merc. Monetario (Dólares) en nuestra búsqueda rápida).
La pérdida del dólar frente a la divisa común europea (pero también frente al yen japonés) resulta algo extraña ya que, en el pasado, el dólar ha actuado en la mayoría de los casos como “divisa refugio”. El que no lo haya demostrado ahora puede tener varias explicaciones. Entre ellas podemos destacar el hecho de que el ataque lo sufriera el propio corazón de Estados Unidos (no es lo mismo un ataque dentro del territorio americano que fuera de él). Además, el ataque tendrá sin lugar a dudas un impacto real sobre las empresas americanas (algunos sectores obviamente saldrán más perjudicados que otros) y sobre la confianza de los consumidores norteamericanos. Hasta ahora este compenente importantísimo en el crecimiento económico no había sido puesto en duda. Luego, también podemos citar el hecho de que el diferencial de tipos de interés sigue siendo favorable a la divisa europea (tras las rebajas de ayer los tipos ese diferncial sigue siendo de 0,75% a favor del euro).
Fondos de obligaciones: huida hacia la calidad
En general, el comportamiento que han tenido los fondos de obligaciones durante estos últimos días ha sido bastante positivo. En momentos de incertidumbre, los inversores suelen en efecto abandonar sus posiciones en acciones para refugiarse en la renta fija, sobre todo pública (el oro también ha jugado durante estos últimos días su papel de valor refugio al revalorizarse un 5% desde el pasado martes). Es lo que se conoce coloquialmente como la “huida hacia la calidad”.
Además, las renovadas incertidumbres sobre la recuperación norteamericana (y por lo tanto mundial) así como las expectativas de más bajadas de tipos por parte de los bancos centrales han supuesto un soplo de aire fresco para la renta fija.
Ahora bien, conviene matizar un poco. Cuando uno analiza el comportamiento de los fondos de obligaciones es fundamental distinguir en función de la duración de la cartera ya que los fondos de renta fija a corto plazo (cuyas rentabilidades suelen estar más próximas a las de los mencionados FIAMM) no se comportan de la misma forma que, por ejemplo, los fondos de obligaciones a más largo plazo frente a movimientos de tipos de interés.
Y precisamente durante estos últimos días hemos asistido a un comportamiento bastante desigual entre los tipos de interés a corto y a largo plazo. Hemos visto, por ejemplo, un claro descenso de los tipos de interés en los plazos más cortos de la curva. Así los tipos de interés de las obligaciones a 2 años pasaron del 3,98% al 3,82% entre los días 10 de septiembre (el día antes del atentado) y el día 17 de septiembre. Es decir, una caída en términos porcentuales del 4%. Mientras, en los plazos más largo (como el 10 años) apenas se registraron cambios. Incluso, el 30 años experimentó una ligera subida (del 5,67% al 5,84%).
En cuanto a los tipos de interés americanos (que afectarán a los fondos de obligaciones estadounidenses), éstos también han experimentado el mismo patrón de comportamiento: fuertes caídas de los tipos a corto plazo y mantenimiento o, incluso, subidas en los tipos a más largo plazo. En el caso de las obligaciones a largo plazo también hay que tener en cuenta que se espera un incremento en las emisiones de deuda pública por parte del gobierno (para financiar el aumento de gasto público) y que la Reserva Federal ha anunciado que iba a suspender temporalmente su programa de recompra de obligaciones.
¿Cuál es el impacto de estas variaciones de tipos sobre los fondos? Es importante recordar que una caída de tipos de interés se traduce en subidas de precio para las obligaciones que se negocian actualmente en los mercados y, por lo tanto, en una revalorización para los fondos invertidos en ellas (ocurre lo contrario en caso de subida de tipos de interés). También hay que tener en cuenta que una caída de tipos de interés a largo plazo tiene un mayor impacto en el precio de las obligaciones que una caída similar en los tipos a medio o corto plazo. Es decir, una bajada de 0,1 punto en los tipos a 10 años tendrá un mayor impacto (una mayor subida de precio) en las obligaciones a 10 años que una caída de 0,1 punto de los tipos a 2 años en las obligaciones a 2 años.
Ahora bien, en la cartera de un fondo de obligaciones encontramos generalmente títulos de renta fija de muy distintos plazos. Pueden predominar bien los títulos a largo plazo, bien los títulos a medio o a corto plazo. En conjunto, por lo tanto, su rentabilidad dependerá de la proporción de cada uno de ellos aunque durante estos últimos días el balance ha sido positivo: las ganancias en los títulos a corto-medio plazo (2 – 5 años) han compensado con creces las ligeras pérdidas sufridas en los títulos a muy largo plazo (30 años). Pero tampoco hay que descartar que algunos fondos de renta fija hayan sufrido pequeñas caídas en sus valores liquidativos.
Pero el impacto sobre los fondos de obligaciones también puede venir por el lado de la inflación. Ya vimos en un análisis anterior cómo las subidas de inflación se correspondían con subidas en los tipos de las obligaciones y, por consecuencia, en caídas para los valores liquidativos de los fondos.
No cabe duda de que un conflicto militar que afectaría a países productores de petróleo afectaría al precio del crudo y, por ende, a las inflaciones tanto en Europa como en Estados Unidos (los índices de precio al consumo son desde luego tremendamente sensibles al componente energético). Y una inflación más elevada (o expectativas de inflaciones más altas) conllevaría una caída para los fondos de obligaciones.
Caídas para los high yield
Por último en lo que respecta a los fondos high yield (o fondos de alta rentabilidad), lógicamente su rendimiento ha sufrido fuertemente durante estos últimos días. Son fondos cuyas carteras están invertidas en obligaciones de empresas en muchas ocasiones (sobre todo en los fondos high yield europeos) de compañías de los sectores tecnológicos y de telecomunicación. No cabe duda de que los acontecimientos de la semana pasada han supuesto un deterioro en la confianza de los consumidores y muy probablemente un retraso en la recuperación (no hablemos ya de recesión). Esto desde luego tendrá un impacto directo en las cuentas de resultados de muchas de las empresas que han recurrido al mercado de deuda para financiarse y lógicamente también afectará a su capacidad de hacer frente a sus compromisos. Este hecho unido también a un “vuelo” hacia la calidad (traspaso de posiciones de renta fija privada a renta fija pública de menor riesgo) explican las pérdidas sufridas por estos fondos.