Hay 40 empresas en el índice de referencia italiano FTSE MIB, y ninguna de ellas está dirigida por una mujer. Cinco de ellas están dirigidas por hombres llamados Paolo.
Hemos echamos un vistazo al escandaloso desequilibrio de género en los puestos ejecutivos más altos de las empresas de los índices bursátiles europeos. En el Día Internacional de la Mujer se suelen conocer muchas cifras porcentuales que van desde la desigualdad salarial hasta el disfrute del permiso de paternidad. Éstas son sin duda más rigurosas desde el punto de vista empírico, pero lo absurdo de un porcentaje de liderazgo femenino de un solo dígito puede ilustrarse mejor comparándolo con la prevalencia de nombres de pila masculinos comunes.
Los lugares menos deprimentes de este mapa son el Reino Unido, Noruega y Croacia, donde el porcentaje de mujeres CEO es de dos dígitos y supera al de los CEO llamados Andrew, Anders e Igor, respectivamente. Francia también destaca, con la friolera de tres empresas dirigidas por mujeres en el CAC 40, superando por poco a las empresas dirigidas por Benoit, Bernard y Olivier.
En Europa Central, por su parte, no hay puntos brillantes. Los hombres llamados Christian superan en número a las mujeres en Alemania -donde sólo una empresa del DAX, Fresenius Medical (FME), está dirigida por una mujer- y Suiza, donde 20 de las 20 empresas del SMI tienen hombres en su cúpula. Dos de los 20 mayores valores polacos del índice WIG tienen consejeras delegadas, mientras que no hay ninguna en el PX checo ni en el BUX húngaro. Aunque una quinta parte de los valores tanto de Praga como de Budapest están dirigidos por Jan y Gabor.
De aquí al próximo Día Internacional de la Mujer, dentro de un año, es posible que olvide que el 34% de los miembros de los consejos de supervisión de la UE son mujeres. Esperamos que no pierda de vista la situación, mucho más grave, de la cúpula ejecutiva, y la reñida carrera entre Benoit y, literalmente, la mitad de la población francesa.