Desde la introducción del Plan Europeo de Finanzas Sostenibles en 2018, 988 fondos domiciliados en Europa han cambiado su nombre (rebranding) añadiendo un término relacionado con la sostenibilidad. El punto álgido se alcanzó en 2021, con la entrada en vigor de la SFDR europea sobre divulgación de información financiera sostenible, que obligaba a las gestoras a clasificar los fondos ASG según los artículos 8 (verde claro) y 9 (verde oscuro).
Un estudio de Morningstar sobre los fondos que han cambiado su nombre por ESG revela que estos productos no siempre están a la altura de los fondos que se diseñan como sostenibles. En concreto, los analistas de Morningstar, Boya Wang y Hortense Bioy, investigaron la exposición a cuatro áreas controvertidas:
-armas controvertidas
-carbón térmico
-fuentes fósiles
-tabaco
Armas controvertidas
La exclusión de armas controvertidas es bastante habitual en los fondos sostenibles. Se incluyen en esta definición las minas terrestres, las armas biológicas y químicas, las armas de racimo, las municiones de uranio empobrecido, las armas nucleares y las armas de fósforo blanco. El tema ha cobrado gran actualidad desde el estallido de la guerra en Ucrania.
El estudio Morningstar revela que los fondos rebautizados bajo ESG tienen de media una exposición ligeramente superior a armas controvertidas que su categoría Morningstar entre 12 y 3 meses antes del rebautizo. Posteriormente, la ponderación de este ámbito disminuye, pero un tiempo después del cambio de denominación el avance se atenúa, de modo que se mantiene una cierta distancia entre ellos y los fondos más virtuosos que se crean como sostenibles. El gráfico muestra la rentabilidad de todo el universo y de la categoría RV Global Large Blend, donde reside el mayor número de fondos que han cambiado de nombre.
Carbón térmico
La crisis energética ha reabierto el debate sobre el uso del carbón para producir energía porque es la fuente más contaminante.
"Nuestro análisis revela un mayor impulso en la reducción de la exposición a activos relacionados con el carbón térmico por parte de los fondos rebautizados en comparación con su categoría y otros fondos sostenibles, especialmente en los doce meses anteriores al cambio de nombre. La diferencia entre estos fondos y los demás prácticamente desaparece hacia el final del periodo de observación", afirman Wang y Bioy.
Fuentes fósiles
Los fondos rebautizados como ESG muestran una disminución de la exposición al sector de los combustibles fósiles (carbón térmico, petróleo y gas) en el periodo anterior al cambio de marca y en los seis meses siguientes, pero en general el peso de este sector se mantiene por encima del de los demás fondos sostenibles, que no sólo tienen un nivel más bajo sino que lo mantienen más constante en el tiempo.
La reducción de la exposición a los combustibles fósiles se traduce en un menor riesgo de carbono en la cartera de los fondos rebautizados, que sin embargo no es suficiente para acercarlos a los fondos concebidos como sostenibles.
Tabaco
Por último, en lo que respecta a la industria tabaquera, los fondos rebautizados registran los mayores cambios entre los tres meses anteriores al cambio de nombre y los tres meses posteriores. Sin embargo, la exposición sigue siendo mayor que en los fondos sostenibles, especialmente entre la renta variable internacional.
Controversias
El estudio Morningstar también investigó el comportamiento de los fondos rebautizados con respecto a las controversias de las empresas de sus carteras.
La mayoría de los fondos sostenibles excluyen empresas que están involucradas en grandes controversias, como comportamientos corporativos excesivos, accidentes y falta de gestión de riesgos relacionados con cuestiones medioambientales, sociales o de gobernanza.
"Los fondos renombrados muestran una reducción de casi el 33% en el porcentaje de activos bajo gestión implicados en litigios elevados y graves", afirman los investigadores de Morningstar. "Sin embargo, tras el impulso inicial, los fondos renombrados no consiguen seguir el ritmo de otros productos ESG, aunque la diferencia es pequeña".
Riesgo ESG
La compra de un fondo de marca renovada sostenible puede estar impulsada por el deseo de reducir el riesgo asociado a factores medioambientales, sociales y de gobernanza. En este sentido, ¿los fondos renombrados cumplen sus promesas?
El análisis de Morningstar revela que efectivamente se produce una reducción de este riesgo (medido por la puntuación de sostenibilidad corporativa de la cartera) en los meses previos al cambio, alineándose con otros fondos sostenibles del universo general. Esta tendencia es menos evidente sólo en la categoría de fondos de renta variable internacional.
¿Nueva vida?
En general, los fondos rebautizados muestran una mejora de su perfil de sostenibilidad en la fase de cambio de nombre, pero en la mayoría de los casos no consiguen equipararse a otros fondos sostenibles y los esfuerzos por ser más ESG parecen desvanecerse con el tiempo.
Esto da que pensar, ya que el cambio de marca capta más flujos hacia estos instrumentos que, en su "vida anterior". En resumen, convertirse en sostenibles los convierte de nuevo en el centro de atención, aunque sólo sea durante unos meses.