Turquía se ha visto afectada por un seísmo que ha provocado una enorme tragedia humana en la que el número de muertos sigue aumentando y ronda ya las 11.000 personas. El seísmo se produjo el lunes por la mañana y la Bolsa de Estambul perdió terreno ese día, descenso que se aceleró el martes.
El principal índice de la bolsa turca, el Bist 100, se encaminaba a su peor semana desde la crisis financiera de 2008, con una caída de más del 16% antes del parón bursátil del miércoles por la mañana.
"Debido al aumento de la volatilidad y a los movimientos extraordinarios de los precios tras la catástrofe del terremoto; con el fin de garantizar el funcionamiento fiable, transparente, eficiente, estable, justo y competitivo de los mercados, el Mercado de Acciones y los Derivados de Acciones e Índices en el Mercado de Derivados han sido cerrados", dijo el operador bursátil Borsa Estambul en un comunicado. El operador bursátil no ha facilitado información sobre cuándo podrá reanudarse la negociación.
"En tiempos de catástrofe como estos, es mejor detener la negociación para proteger a los inversores", declaró Haydar Acun, de Marmara Capital, a Bloomberg.
Según la información facilitada a Bloomberg el miércoles por la tarde, la bolsa permanecerá cerrada durante todo el mes de febrero.
Esto se produce tras la subida de la bolsa turca durante 2022. La bolsa de Estambul registró rendimientos cercanos al 100%, algo que mi colega Franscesco Lavecchia señaló en un artículo.
"Los buenos resultados de este año se han visto impulsados principalmente por factores no fundamentales, como la elevada inflación interna, que ha alcanzado ya el 86% interanual, acompañada de una política monetaria expansiva. El banco central ha recortado los tipos de interés en 3,5 puntos porcentuales desde agosto pasado, en lugar de enfriar el índice de precios, situándolos en el 10,5%. Con unos tipos de interés reales tan negativos y unos rendimientos públicos tan poco atractivos, los inversores locales se han visto obligados a acudir al mercado bursátil para intentar proteger sus ahorros de la inflación galopante", explicó Mohsin Memon, Gestor de Fondos para Mercados Emergentes de Schroders.