Probablemente la cuestión más importante que preocupa a los inversores de cara al 2023 es la posibilidad de sufrir una recesión. Evidentemente, una recesión repercute en la vida cotidiana y, especialmente, en la vida laboral de los ciudadanos. Pero también repercute en sus inversiones.
Una recesión afectaría a los beneficios empresariales, así como al nivel de los tipos de interés y, por tanto, a las valoraciones de las distintas clases de activos. Mike Coop, Director de Inversiones para Europa, Oriente Medio y África, coincide en que "como inversores, la realidad es que una recesión parece el escenario más probable para muchos países".
Pero la recesión no es algo que vaya a suceder necesariamente. Todavía hay muchas dudas al respecto. No sólo es imposible saber la gravedad de la recesión, sino también su duración. Según Preston Caldwell, responsable de investigación económica de Morningstar en Estados Unidos, es prácticamente como lanzar una moneda al aire, al menos en EE.UU., que representa alrededor de una cuarta parte del PIB mundial y más del 60% del mercado bursátil mundial. Incluso insiste en la necesidad de mirar más allá de 2023: "En cualquier caso, esperamos que el crecimiento se acelere de nuevo en 2024, a medida que la Reserva Federal levante el freno", afirma Caldwell.
No todo son malas noticias para el 2023: la resolución de los problemas de la cadena de suministro ha empezado a reducir los precios de los bienes y debería seguir frenando la inflación. Caldwell pronostica que la inflación tiene una probabilidad razonable de retroceder a niveles normales en 2023 e incluso podría situarse por debajo del objetivo de inflación del 2% de la Reserva Federal en 2024.
Coop subraya el hecho de que todo inversor sufrirá múltiples recesiones a lo largo de su vida. La clave está en cómo afrontarlas. Ofrece 3 recomendaciones (que son los fundamentos de Morningstar Investment Management):
1) Fijarse objetivos
Coop insiste en que "es importante asegurarse de que sus metas y objetivos siguen siendo pertinentes. Dados los cambios que hemos experimentado en los últimos años, no es raro que estas metas hayan cambiado. Esto incluye confirmar el calendario para alcanzarlos. Sea cual sea el resultado de esta revisión, medir el éxito en términos de progreso hacia la consecución de sus objetivos, en lugar de batir al mercado, tiene grandes ventajas".
2) Mantener el rumbo con una cartera bien diversificada
Coop recomienda no centrarse en la recesión como único escenario, ya que el inversor puede pecar de excesiva cautela. "En lugar de pecar de precavido cada vez que haya un periodo de incertidumbre, compruebe que está asumiendo la cantidad adecuada de riesgo para alcanzar sus objetivos: una cantidad con la que pueda vivir en los malos tiempos y una que sea suficiente para, al menos, seguir el ritmo de la inflación", añade.
¿Cómo conseguirlo? Simplemente teniendo una cartera diversificada que incluya activos que se comporten de forma diferente a los demás cuando hay recesión, como la renta variable y los bonos de alta calidad.
3) Utilizar la valoración para tener las probabilidades a su favor
Coops también cree que "es deseable favorecer los activos que ya reflejan pesimismo sobre el futuro, ya que estos activos son menos propensos a caer que los activos que son muy populares, han subido mucho y tienen un precio para el mejor escenario posible y, por lo tanto, no es muy probable que ocurra".
"Dentro de la renta variable, nos parece imperativo equilibrar la exposición entre los activos de valoración más atractiva junto con estabilizadores como las empresas dominantes con poca deuda y los bienes y servicios que tienen una demanda perenne. Ejemplos de ello pueden encontrarse a menudo en áreas como la sanidad, los servicios públicos y los bienes de consumo básico".
