La semana fue tremendamente volátil en términos de subidas y bajadas intradía, especialmente en el mercado americano. El jueves, y a pesar de que el dato de inflación en Estados Unidos salió peor de lo esperado (la inflación interanual se situó en el 8,2%), el S&P 500 terminño con una subida del 2,6% en dólares, para caer un 2,4% el viernes. En el computo semanal el índice Morningstar US Market se dejó un 1,8% en dólares y un 1,4% en euros.
En Europa, la rentabilidad semanal fue bastante plana. El índice Morningstar Eurozone acabó con una rentabilidad nula. El índice francés fue el que mejor se comportó con una subida del 1,0% y el peor fue el español, con una caída del 0,9%.
Las caídas fueron bastante más acusadas en los mercados emergentes. El índice Morningstar Emerging Markets cedió un 3,3% en euros durante la semana, con China perdiendo un 5,6% en euros y Brasil un 4,6%.
Los mercados de renta fija de la Eurozona tampoco consiguieron acabar la semana en positivo. El índice de deuda pública perdió un 1,1% frente a un 0,9% y un 1,0% para los índices de deuda corporativa de calidad y de deuda high yield respectivamente.
A nivel de sectores, la mayoría de ellos acabó la semana con pérdidas (destaca la pérdida del 6,7% en euros de las minas de oro), aunque algún que otro sector logró acabar en positivo. Es el caso del sector de biotecnología que subió un 2,9% en euros en ese periodo.
La semana tampoco fue positiva para las materias primas en general. El índice CRB perdió un 3,1% en dólares y un 2,7% en euros. Las que más sufrieron fueron las materias primas energéticas: el West Texas se dejó un 7,6% en dólares y el Brent un 7,1% también en dólares. Pero el gran perjudicado de la semana fue la plata que perdió nada menos que un 10,8% en dólares.
Por último, hemos tenido caídas generalizadas en los índices temáticos. Destacan particularmente las caídas del 7,7% en euros en la temática de computación en la nube y del 5,2% en euros en la temática de videojuegos.