Los disturbios en Kazajistán pueden parecer muy lejanos para los inversores, pero en un mundo de inversión globalizado, la volatilidad en países lejanos puede tener un efecto dominó en todas las clases de activos.
El riesgo político y económico no es nada nuevo para los países en desarrollo y es fácil para los inversores descartar los acontecimientos como "ruido" del mercado, pero la represión de las protestas en Almaty podría tener implicaciones más amplias sobre la rentabilidad de los mercados emergentes y fronterizos en este año 2022. Esto se debe a que el papel de los precios de la energía y la energía rusa están en el centro del drama.
El año pasado, los mercados "fronterizos", como Kazajistán, rico en energía, obtuvieron buenos resultados y, al igual que sus homólogos, están en transición hacia la categoría de mercado emergente.
Naturalmente, estos países se consideran de mayor riesgo que los mercados emergentes porque están menos desarrollados, pero ofrecen potencialmente mayores rendimientos a largo plazo porque parten de una base más baja.
China, por ejemplo, sigue considerándose un mercado emergente, pero ya es la segunda economía del mundo. Kazajistán es el tercer país más importante del índice MSCI Frontier Markets, con una ponderación de algo más del 8% a finales de 2021, por detrás de Vietnam (30%) y Marruecos (10%).
La empresa de tecnología financiera del país, Kaspi, es el segundo mayor valor de este índice y uno de los que cotizan en Londres, que subió un 20% el año pasado, en línea con el rendimiento del S&P 500.
Una rápida recapitulación de los acontecimientos para aquellos que no hayan seguido la historia de cerca: a principios de año, los manifestantes de la capital de Kazajistán, Almaty, descargaron su ira después de que el gobierno impusiera una fuerte subida del precio del gas licuado de petróleo (GLP), que se utiliza como combustible para los vehículos. Las protestas se extendieron a otras regiones del país y se convirtieron en disturbios. En una violenta represión, la policía disparó contra los manifestantes. El número de muertos supera actualmente los 160.
Rusia y las sanciones
Rusia intervino en un "papel de mantenimiento de la paz" como parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CTSO), un bloque de Estados postsoviéticos similar a la OTAN, suministrando tropas para sofocar las protestas. El presidente Kassym-Jomart Tokayev destituyó a su gabinete y Alihan Smaiylov fue nombrado nuevo primer ministro.
Se cree que el ex presidente Nazarbayev, un autócrata que gobernó durante casi 30 años, mantiene su influencia entre bastidores. Por ahora, los disturbios parecen haberse contenido. La gestora de fondos especializada en mercados emergentes Ashmore espera que la situación siga estabilizándose. No obstante, su director de análisis, Gustavo Medeiros, afirma que los disturbios no son un mero "problema local" y establece un paralelismo con protestas similares en Europa Occidental, como la de Gillets Jaunes en Francia. (El aumento de los costes de la energía y el combustible se han convertido en temas clave para los votantes de todo el mundo).
Medeiros afirma que la intervención del CTSO fue clave para desactivar la violencia y tiene implicaciones más allá de los recientes acontecimientos. El régimen aceptó la intervención rusa, demostrando su lealtad a Putin, pero esto hace más difícil que el país mantenga una política comercial independiente con China y Europa. Al fin y al cabo, Rusia está sometida a sanciones de la UE y de Estados Unidos por sus actividades en Ucrania, que a su vez son objeto de intensas negociaciones por parte de la OTAN. Un conflicto armado en la región podría evitarse por la vía diplomática, pero eso es algo que los inversores mundiales no deberían dar por sentado.
Sin pánico, de momento
Medeiros, de Ashmore, sostiene que es poco probable que el episodio de Kazajstán tenga un impacto en otros mercados emergentes, aparte de Rusia, que tuvo un fuerte 2021 en medio del aumento de los precios del petróleo.
"No hay riesgo de que se extienda a otros países emergentes (excepto a los activos rusos), ya que Kazajistán es una pequeña parte de la clase de activos emergentes y tiene un sólido balance", afirma.
De hecho, el índice MSCI Frontier apenas mostró debilidad a principios de año, y la propia Bolsa de Kazajistán (KASE) sólo ha perdido un 1,3% desde principios de año, lo que no es una señal de pánico por parte de los inversores extranjeros y nacionales. El índice KASE sigue razonablemente cerca de su máximo histórico de 3.810 puntos.
Sin embargo, algunos fondos de mercados frontera se han visto afectados.
Los bonos soberanos de Kazajistán también están en manos de fondos como el Aberdeen Standard Frontier Markets Bond, que tiene una calificación cuantitativa de Morningstar de Neutral y un rating de 5 estrellas.
Otro fondo fronterizo con calificación Neutral, el HSBC GIF Frontier Markets, posee el Halyk Savings Bank de Kazajstán como su tercera mayor participación, según los datos de Morningstar Direct. Este fondo ha bajado en lo que va de año, pero subió un 37,5% en 2021.