El SPDR Dow Jones Industrial Average ETF (DIA) cuenta con una cartera de líderes industriales, pero su cartera concentrada y su esquema arbitrario de ponderación de precios erosionan esta ventaja. Estas preocupaciones limitan su calificación de analista de Morningstar a Bronze.
El Dow Jones Industrial Average, el segundo índice más antiguo de Estados Unidos, sigue siendo ampliamente utilizado para medir el rendimiento de las acciones estadounidenses. Un comité del índice selecciona su cartera de 30 destacados líderes industriales para que representen de la mejor manera posible la composición del mercado estadounidense, excluyendo las empresas de servicios públicos y de transporte.
Aunque los criterios de selección son subjetivos, el comité se centra en compañías muy visibles con negocios estables y crecimiento sostenido. La cartera resultante es altamente rentable y goza de un alto nivel de “moat” económico (ventaja competitiva). El enfoque basado en el comité también permite una mayor flexibilidad en torno a la reconstitución y ha mantenido una baja rotación del índice.
Sin embargo, el esquema de ponderación de precios del índice y su cartera concentrada eliminan algunas de estas ventajas. Con sólo 30 componentes, el índice conlleva más riesgo sectorial y de empresa que otros índices de mercado más amplios.
Una sola participación podría tener un efecto desproporcionado en la exposición al sector o en la rentabilidad. En combinación con la ponderación de precios, esto ha aumentado recientemente la rotación, sobre todo tras el split de las acciones de Apple AAPL en 2020. Este inusual método de ponderación también limita los valores disponibles en la cartera. Los precios de las acciones de los componentes tendrán que ser considerados para cualquier cambio en el índice, independientemente de su capitalización de mercado.
La concentración de la estrategia en empresas estables y rentables da sus frutos durante los periodos de volatilidad, ya que suele capear los descensos mejor que otros índices de mercado.
El ETF cobra un ratio de gastos neto anual del 0,16%, que es más barato que la mayoría de sus competidores de su categoría Morningstar y debería proporcionar una ventaja de rentabilidad a largo plazo.