Todos hemos oído historias de estafas financieras que son más o menos ciertas. Permítanme que les cuente una verdadera (de forma anónima para proteger la identidad de las personas implicadas).
Un amigo de la familia (llamémosle Alex) ha estado bastante irritable y distante durante las últimas semanas, desde abril de este año. Al tener parte de la familia en la India, lo atribuí inicialmente a la preocupación por la escalada de la pandemia en su país de origen. Pero esta semana descubrí lo que había detrás de su estado de ánimo.
A principios de este año, Alex fue contactado por un asesor financiero que representaba a un fondo de cobertura que prometía duplicar, o más, triplicar el capital invertido en un periodo muy corto. Alex se mostró inicialmente escéptico, pero invirtió 500 dólares de todos modos, una cantidad que posiblemente incluso estaba dispuesto a perder. Unas semanas después, Alex recibió un cheque de 1.000 dólares. El capital se había duplicado con facilidad y Alex estaba enganchado: entregó esta vez 35.000 dólares, una gran parte de los ahorros de la familia que se utilizaría como pago inicial en la compra de su primera vivienda.
En ese momento el "asesor" desapareció: dejó de devolver las llamadas y los correos electrónicos. Y con él, el dinero de Alex. Desesperado, Alex empezó a buscar dinero en otra parte. Alex era muy activo en las aplicaciones de citas donde conoció a una mujer. Al hablarle de su desventura, la mujer le ofreció la solución a sus problemas: las criptomonedas. Así que Alex le dio a la mujer su último dinero, unos 10.000 dólares, pero la mujer también desapareció con el dinero. Así que Alex perdió 44.500 dólares en pocos meses (sólo unas semanas después el fondo de cobertura le devolvió 500 dólares).
Esta no es una historia aislada. Todos hemos recibido extraños correos electrónicos que prometían ganancias fáciles y muy altas en poco tiempo y los hemos desechado inmediatamente. Pero no todas las estafas son tan fáciles de identificar. Por ejemplo, simples tendencias o retos en las redes sociales podrían ser en realidad formas de que los estafadores encuentren información personal, como las respuestas a sus preguntas de seguridad.
¿Cómo protegerse de estas estafas? He aquí algunas sugerencias.
1. Hágase todas las preguntas del mundo
Esta es la mejor manera de protegerse, no sólo del fraude financiero, sino de la mayoría de las estafas. Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Cuando le ofrezcan una oferta de este tipo, hágase muchas preguntas como: ¿por qué se lo ofrecen? ¿Qué gana usted (la persona que se lo ofrece)? ¿Por qué hay tanta urgencia? ¿Qué pasa si espera unos días? Si la persona a la que se le hacen las preguntas se enfada o deja de responder, lo más probable es que se trate de una estafa.
2. Revise todas las cuentas y contraseñas
Vigile todas sus cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Compruebe regularmente sus extractos y asegúrese de acusar recibo de todas las transacciones realizadas. Y, aunque parezca obvio, mantén sus contraseñas privadas y complejas. Y no utilices las mismas contraseñas para distintas cuentas.
3. Nunca comparta información personal en las redes sociales
Antes de la pandemia, probablemente nunca habríamos hablado de compartir información personal en línea. La pandemia ha trasladado gran parte de nuestras vidas a Internet, donde ahora abrimos cuentas bancarias y de inversión. En estos casos, sólo comparta la información cuando esté completamente seguro de quién la recibe. Y no de nunca información bancaria, de tarjetas de crédito o personal en ninguna red social.
4. Proteja su identidad
Como explicó Christine Benz, Directora de Finanzas Personales de Morningstar, en un artículo sobre la protección contra el robo de identidad: "Una de las mejores maneras de prevenir el robo de identidad es revisar cuidadosamente las transacciones de sus extractos bancarios y de tarjetas de crédito para asegurarse de que coinciden con las transacciones que ha realizado. Y si encuentra una discrepancia, notifíquelo inmediatamente al banco, primero por teléfono y luego por correo certificado, solicitando un acuse de recibo. Además de revisar sus extractos para asegurarse de que todas sus deudas y créditos son realmente suyos, también es aconsejable llevar un registro de las fechas en las que recibirá sus extractos del mes siguiente. Esto le dará una idea de cuándo esperarlas en los próximos meses".
5. ¿Es Amazon? ¿O Amaazon?
¿Hay una "o" de más en el correo electrónico que has recibido de Google? ¿O el logotipo de LinkedIn está ligeramente distorsionado? Los estafadores suelen utilizar nombres de marcas conocidas para engañar a la gente y pasar los filtros de correo, y pensando que estamos trabajando con empresas de confianza podemos caer en una estafa sin saberlo. Asegúrese de que está trabajando con la marca, el sitio o la persona que conoce y en la que confía antes de enviar cualquier información financiera.
6. El amor puede hacer daño
Alex lo descubrió por las malas. Tenga mucho cuidado en los sitios de citas, especialmente con el dinero. Cuando buscamos el amor tendemos a bajar nuestras inhibiciones y si creemos que hemos establecido una conexión real intentamos mantener la relación a toda costa. Si se enfrenta a una situación en la que alguien que ha conocido recientemente le pide dinero, haga algunas preguntas antes de lanzarse en su ayuda. Y antes de enviar dinero, hable con un amigo de confianza o finge que otra persona ha acudido a usted con la misma situación pidiendo consejo. ¿Le aconseja que sean precavidos? Si es así, eso es lo que debería hacer usted también.
Esto nos lleva a la última regla, quizá la más importante:
7. No envíe dinero a personas que no conoce
Las cosas no son siempre lo que parecen. Por muy urgente que sea -el amigo de su primo segundo está herido o un viajero necesita su ayuda- nunca envíe dinero a alguien que no conoce. E incluso si envía dinero a personas conocidas, compruebe los hechos antes de enviar nada, porque una vez que el dinero ha desaparecido puede ser imposible recuperarlo.