Warren Buffett dijo una vez: "El éxito en la inversión no se correlaciona con el coeficiente intelectual una vez que se supera el nivel de 25. Una vez que se tiene una inteligencia ordinaria, lo que se necesita es el temperamento para controlar los impulsos que meten a otras personas en problemas al invertir".
Invertir con éxito requiere, posiblemente, algo aún más raro: la capacidad de identificar y superar los propios sesgos psicológicos. Y esto no se refiere sólo a los grandes (y comunes) errores, como tratar de hacer market timing, perseguir la rentabilidad a corto plazo, no diversificar lo suficiente o asumir demasiado riesgo. También tiene que ver con los pequeños errores que pueden afectar a su cartera.
A continuación, le traemos cinco ejemplos de "pequeños" errores en los que los inversores pueden caer fácilmente.
Complicar las cosas
Mucha gente piensa que invertir es algo complicado y desordenado que no podría manejar por sí mismo. No es de extrañar que muchos inversores se queden paralizados por el miedo y la indecisión, y que a menudo se encuentren con productos complejos o caros que realmente no necesitan. Aunque es cierto que hay algunas personas (muy pocas) que han obtenido enormes rendimientos utilizando estrategias de inversión arcanas, el resto de nosotros probablemente sólo necesitamos una cartera sencilla bien construida. Es un error suponer que lo simple no es necesariamente mejor, cuando a menudo sí lo es. De hecho, la mayoría de los asesores sugieren que el núcleo de una cartera de inversión sea un fondo de renta variable sencillo y de amplia exposición, en lugar de algo demasiado específico o especializado.
Confundir "barato" con "malo"
Una regla general es que "se obtiene lo que se paga". Sabemos, por ejemplo, que, si pagamos más por un coche, normalmente tendremos un mejor coche. Pero esta regla no se cumple necesariamente en el mundo de la inversión. En general, si pagamos menos obtendremos mejores rendimientos a largo plazo, lo que ayudará a que nuestro dinero crezca más rápidamente a lo largo de los años. Es un error pensar que, si un fondo cobra un poco más, el gestor tiene que ser mejor; de hecho, se demuestra una y otra vez que muchos gestores activos no consiguen superar a los fondos indexados más baratos.
Pasar por alto las cifras pequeñas
Con tantos datos que compiten por la atención de los inversores, es fácil pasar por alto las cifras más pequeñas o lo que parecen pequeñas diferencias. Pero esto puede ser perjudicial a largo plazo, especialmente cuando se trata de costes. Se puede pensar, por ejemplo: "¿Qué diferencia puede haber entre pagar un 1% por un fondo o pagar un 0,60%? Pues bien, cuando ese dinero se compone a lo largo de los años, la diferencia puede ser enorme. Si invierte 10.000 euros en un fondo que cobra el 0,2%, suponiendo que no hay crecimiento del capital, al cabo de 20 años le quedarían 9.608 euros. En cambio, si el fondo cobrara el 1,5%, le quedarían sólo 7.391 euros después de ese periodo. En la inversión, es un error despreciar las cifras pequeñas porque parecen poco importantes. Y lo mismo ocurre con la inflación: incluso pequeños porcentajes a largo plazo suponen una enorme erosión de su poder adquisitivo.
Olvidar la gestión de la liquidez
Tener una reserva de efectivo para emergencias es vital en caso de que ocurra algo malo. Muchos expertos sugieren tener siempre guardado y disponible de forma inmediata al menos entre seis y doce meses de gastos corrientes. Dejar que su dinero duerma en su cuenta de ahorro es posiblemente la peor opción (justo después de meterlo debajo del colchón): los intereses son casi siempre inferiores a la inflación, por lo que estará perdiendo dinero constantemente en términos reales. En cuanto a la liquidez, los instrumentos que ofrecen la mejor relación riesgo/recompensa cambian muy rápidamente. Por lo tanto, en contraste con sus inversiones en acciones y bonos, donde comprar y mantener es a menudo la respuesta correcta, puede tener una buena razón para ser más práctico con sus cuentas de efectivo.
Seguir constantemente el flujo de noticias
A lo largo de los años, los inversores han tenido mucho más acceso a la información. Pueden obtenerla en los telediarios 24 horas, a través de Internet o de las redes sociales. Enchufarse a los datos económicos y a los titulares de los periódicos no le ayudará a posicionar mejor su cartera. Todo el sector de la inversión trata de adelantarse al flujo de noticias, por lo que cuando leemos sobre ellas o las vemos en la televisión, normalmente ya están incluidas en los precios de los valores. Un enfoque más eficaz sería dejar que las valoraciones le guíen para saber qué hacer a continuación. Básicamente, significa que debería reequilibrar periódicamente su cartera, recortando los valores que se han comportado realmente bien y añadiendo los que parecen infravalorados. Esa es una mejor guía para el rendimiento del mercado que el flujo de noticias.