Cuando se asignan fondos en una cartera, una de las preguntas a las que se enfrentan los inversores es sobre el uso de los fondos activos o pasivos. En este artículo revisamos el propósito de la gestión activa, su utilidad y los criterios clave que deben utilizar los inversores para tomar mejores decisiones.
Propósito de la gestión activa
En pocas palabras, los gestores activos tratan de batir a su índice de referencia. Tratarán de escoger los mejores países, sectores o acciones, los reunirán en una cartera con la expectativa de que su rendimiento después de comisiones sea superior a su índice de referencia.
Los gestores activos afirman que pueden vencer al mercado, es decir, que pueden interpretar la información mucho mejor que otros participantes del mercado y generar rendimientos superiores.
Desgraciadamente, la realidad es que muy pocos de esos gestores activos pueden lograr exactamente lo que afirman. Así ha sido en los últimos años (lea nuestro último Barómetro Morningstar Europeo Activo/Pasivo de Junio 2020) y probablemente lo será también este año. Sin embargo, los inversores suelen pagar un precio elevado por la gestión activa.
Pura suerte
La razón de este bajo rendimiento es simple, según los defensores de la Hipótesis del Mercado Eficiente. Los inversores compiten para obtener un beneficio utilizando cualquier información disponible sobre los beneficios de las empresas, los factores macro y muchos otros elementos que afectan al valor de las empresas cotizadas. Los precios de las acciones se ajustan tan rápidamente que es casi imposible encontrar acciones con precios equivocados y explotarlas esas ineficiencias para obtener un beneficio.
El problema de esta teoría es que cuando pocas personas ganan al mercado de manera consistente, se dice que es pura suerte. Entonces, ¿tiene sentido pagar a un gerente activo y cuándo?
¿Cuándo ser activo?
La gestión activa tiene sentido si uno está buscando gestores que puedan superar su índice de referencia en mercados que no son completamente eficientes o que no son eficientes todo el tiempo. Este debería ser el caso de cualquier mercado, incluido Estados Unidos, que tiene la reputación de ser uno de los mercados más difíciles de superar a largo plazo.
La crisis del coronavirus, y otros episodios de volatilidad del mercado, como en el cuarto trimestre de 2018, la crisis del euro en 2010-2012, la gran crisis financiera de 2008, demuestran que hay momentos en que ser activo y atreverse a ir en contra de la mayoría puede llevar a un rendimiento superior.
La mejor manera de elegir a gestores que pueden ofrecer ese rendimiento superior es considerando las siguientes consideraciones: ¿cuáles son los factores clave que subyacen a su capacidad de rendimiento superior (habilidades de selección de valores) ¿Son sus costes proporcionales a su capacidad de ofrecer valor? ¿Tienen un proceso disciplinado y coherente? ¿Están sus intereses alineados con los de sus inversores (lo que significa básicamente que se les recompensa por su impacto duradero en el rendimiento y no sólo por asumir riesgos)? ¿Es el tamaño del fondo adecuado para ofrecer un rendimiento razonable (a veces no lo es)?
La mayoría de esas preguntas suelen encontrar respuesta en los informes de los analistas de Morningstar. Nuestros analistas han observado desde hace tiempo que los gestores con mejores resultados son generalmente aquellos que son disciplinados en su proceso, que respetan su mandato, que mantienen las comisiones a un nivel razonable y que suelen invertir personalmente en sus fondos.
Algunas preguntas clave
¿Cuál es el nivel de los costes? La investigación de Morningstar ha demostrado que el nivel de las comisiones es indicativo del futuro rendimiento del fondo. Cuanto más altas son las comisiones, más bajo es el rendimiento futuro que se puede esperar de un fondo.
¿Qué liquidez tienen los activos del fondo? En caso de volatilidad en el mercado, los inversores quieren asegurarse de que el gestor del fondo pueda salir de algunas posiciones si es necesario (aunque normalmente recomendamos mantener la calma y no entrar en pánico en tal situación). La experiencia reciente de los fondos H2O en Francia demuestra que una cultura de gestión de riesgos deficiente en una empresa puede dañar el rendimiento y la rentabilidad de los inversores.
¿Con qué frecuencia el gestor del fondo rota su cartera? Normalmente los buenos gestores son disciplinados tanto en sus compras como en sus ventas. También les gusta ser diferentes, lo que significa que su participación activa (active share) puede ser significativa.
La habilidad, la cultura y los recursos del gestor también son unos criterios importantes a comprobar. En este aspecto el informe de los analistas de Morningstar puede ser de gran ayuda. También hay información útil en el prospecto del fondo que le interesa. Tómese su tiempo para leer este material.
Finalmente, su propia habilidad para aceptar la volatilidad del mercado y mantenerse firme es también importante. Cuando los mercados están de capa caída, ¿su primera tentación es salir corriendo y vender sus fondos o prefiere quedarse tranquilo? Esto significa que ha pensado en sus objetivos financieros y en la mejor asignación de activos que puede ayudarte a alcanzarlos.