Las buenas decisiones de planificación financiera van mucho más allá de dónde y cómo se invierte. Antes de comprar una acción, un bono o cualquier otro tipo de inversión se deben tomar una serie de decisiones importantes y complejas. Antes de hacerlo, hágase estas 7 preguntas para entender si está a punto de tomar una buena decisión financiera.
Pregunta 1: ¿Por qué invertir?
Antes de invertir es importante asegurarse de que su dinero lo está utilizando para ayudarle a alcanzar sus objetivos. Por ejemplo, antes de invertir y dependiendo de sus circunstancias personales, puede tener más sentido pagar sus deudas, especialmente las deudas de consumo de alto interés como las tarjetas de crédito, así como crear un fondo de ahorro de emergencia o contratar algún seguro, en lugar de invertir en el mercado de acciones o bonos.
"Asegurarse de que esta pregunta se ha respondido adecuadamente debería proporcionar al inversor alguna seguridad de que la inversión tiene sentido para su situación y de que puede desarrollar un plan financiero basado en objetivos", dice Paul Kaplan, director de investigación de Morningstar.
Pregunta 2: ¿Qué es un nivel de riesgo apropiado?
La creación de una cartera que sea coherente con su capacidad como inversor para asumir riesgos es un ejercicio complicado. Es importante tener en cuenta no sólo la preferencia de riesgo (es decir, cómo me sentiría o reaccionaría en función del comportamiento del mercado), sino también cosas como la capacidad de riesgo (es decir, cuánto riesgo debería asumir dados mis recursos y situación financiera) y cómo podría responder a los acontecimientos reales del mercado.
"Independientemente del enfoque, sin embargo, garantizar que la cartera sea coherente con el apetito de riesgo del inversor es una parte muy importante del proceso de construcción de la cartera", dice Kaplan.
Pregunta 3: ¿Cómo el riesgo de sus objetivos afecta a su cartera?
La gente generalmente invierte para financiar un objetivo específico, por ejemplo, preparar la jubilación. Por lo tanto, es importante comprender cómo los riesgos asociados al objetivo en sí deberían afectar a la cartera e incluirlos en la rutina de optimización de la cartera.
Pregunta 4: ¿Qué tipo de inversión tiene más sentido?
Diferentes inversiones pueden tener diferentes tratamientos fiscales y diferentes costes. Por lo tanto, comprender cómo los costes y los impuestos afectarán a la inversión puede aumentar los beneficios efectivos de un inversor. Si, por ejemplo, un fondo cobra una comisión del 1% de los activos bajo gestión y produce un alfa del 2%, el inversor disfrutará de una ganancia neta global del 1%.
Pregunta 5: ¿En qué clases de activos invertir?
Después de determinar el nivel de riesgo objetivo apropiado, un inversor debe determinar cómo construir una cartera. "Por ejemplo, si el inversor tiene como objetivo una asignación global de renta variable del 60% de los activos, debe determinar cómo invertir en renta variable", dice Kaplan. "El inversor podría optar por invertir totalmente en acciones nacionales de gran capitalización o crear una cartera más eficiente considerando clases de activos adicionales como las pequeñas capitalizaciones nacionales, las acciones internacionales, los mercados emergentes, etc.".
Pregunta 6: ¿Qué inversiones debe seleccionar?
Una vez que se han establecido los objetivos de la clase de activos, el siguiente paso es que usted determine qué inversiones seleccionar. Hay una variedad de posibles vehículos de inversión entre los que elegir, como los fondos, los ETFs, etc., así como estrategias de inversión (por ejemplo, activa o pasiva). Dada la relativa dificultad de seleccionar sistemáticamente fondos que superen a sus competidores sobre una base ajustada al riesgo, los inversores deberían centrarse en las comisiones y contar con un sistema probado a la hora de seleccionar gestores activos.
Pregunta 7: ¿Cuándo debería revisarse la cartera?
La revisión de la cartera es un aspecto importante de la ejecución para asegurar que las inversiones sigan siendo coherentes con las metas y objetivos subyacentes del inversor. "Como mínimo, suponiendo que las metas y objetivos del inversor no hayan cambiado, la cartera debería reequilibrarse al menos anualmente", dice Kaplan.