Europa alberga el mayor y más completo mercado de fondos sostenibles pasivos. Más de la mitad de todos los fondos sostenibles gestionados de forma pasiva están domiciliados en la región, y éstos representaban en conjunto el 76% de los activos mundiales gestionados a finales de junio de 2020. Los datos están tomados de nuestro último informe, "Passive Sustainable Funds: The Global Landscape 2020".
Fuente: Morningstar
El dominio de Europa refleja en gran medida la edad de su mercado de fondos sostenibles. El patrimonio de estos fondos está respaldado por inversores institucionales con mandatos sostenibles, en particular los fondos públicos de pensiones escandinavos, los fondos soberanos y las compañías de seguros. Países como Francia han introducido la obligación de presentar informes relacionados con el clima para los inversores institucionales, lo que ha dado más relieve a la sostenibilidad en la agenda de los inversores.
Los Estados Unidos siempre han sido reacios a adoptar el concepto de inversión sostenible, aunque esto parece estar cambiando. Los gigantes de la inversión pasiva como BlackRock han colocado públicamente la sostenibilidad como un objetivo clave, obligando a invertir teniendo en cuenta en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza corporativa.
Los Estados Unidos, por detrás de Europa
Las estrategias pasivas sostenibles están ganando terreno en los Estados Unidos. Si bien los activos bajo gestión han aumentado 2,3 veces en Europa en los últimos tres años hasta junio de 2020, en los Estados Unidos se han cuadruplicado. La participación de los Estados Unidos en los fondos pasivos sostenibles ha aumentado del 13% al 20% y esta proporción seguirá creciendo.
Fuera de Europa y de los Estados Unidos, los activos de los fondos sostenibles gestionados de forma pasiva también han crecido rápidamente, y se han cuadruplicado en tres años. Pero con una cuota de mercado mundial de sólo el 4%, representa sólo una pequeña fracción del total de los activos pasivos sostenibles.
Algunos países están adoptando la sostenibilidad a gran escala. En Japón, por ejemplo, el fondo de pensiones público, uno de los mayores inversores institucionales del mundo, tenía inversiones en cinco índices ESG con activos de 52.800 millones de dólares a finales de marzo de 2020.
A nivel mundial, los fondos sostenibles pasivos representan sólo el 12% del universo de fondos sostenibles mundiales, mientras que los fondos pasivos representan el 24% del mercado mundial de fondos. Esto implica que hay mucho espacio para el crecimiento.
La oferta sigue creciendo
El número y la variedad de opciones sostenibles pasivas disponibles para los inversores nunca ha sido mayor, y la oferta continúa expandiéndose. El número total de fondos pasivos sostenibles disponibles para los inversores de todo el mundo se ha triplicado con creces en los últimos cinco años hasta finales de junio de 2020. Los lanzamientos de nuevos fondos alcanzaron un récord de 98 en 2019, y con 84 nuevos fondos en la primera mitad de 2020, es probable que este número sea superado.
En Europa, el número de fondos pasivos sostenibles a disposición de los inversores se ha duplicado hasta llegar a 325 desde finales de 2016. El número de categorías Morningstar con al menos un fondo sostenible pasivo también se ha casi duplicado a 52 en el mismo período. Hay 53 fondos de bonos pasivos ESG en Europa, en comparación con 12 en los Estados Unidos.
Sin embargo, sólo el 8% de los activos pasivos sostenibles en Europa se invierten en fondos de renta fija. Esto se compara con una cifra del 27% en el universo pasivo en su conjunto. El crecimiento del espacio se ha visto obstaculizado por los problemas de calificación de la deuda pública, el subdesarrollo de los índices de bonos y, en el caso de los bonos verdes, la falta de bonos adecuados en sí mismos.
Si bien los bonos corporativos pueden calificarse utilizando un sistema de calificación ESG similar al utilizado para las acciones, todavía existen interrogantes sobre la mejor manera de evaluar la deuda pública, en la que existe una fina línea entre hacer una evaluación ESG objetiva y adentrarse en el territorio político. Adoptar una posición contraria a las políticas de un gobierno elegido, incluso si se racionalizan desde la perspectiva ESG, es algo que puede resultar fácil para los inversores individuales; sin embargo, los grandes gestores de activos o las empresas de calificación ESG pueden ser acusados de interferir indebidamente en un proceso político.
El Laboratorio de Europa
Más de la mitad de todas las estrategias pasivas sostenibles están domiciliadas en Europa, lo que representa el 76% de los activos mundiales que se gestionan en estas estrategias (188.800 millones de dólares). Europa ha sido el epicentro de gran parte del desarrollo de productos sostenibles. Ha acogido los primeros fondos pasivos sostenibles, incluido el primer fondo de bonos verdes, lanzado por la gestora de activos francesa Lyxor en 2017, y el primer fondo de bonos de un banco de desarrollo, lanzado UBS en 2018.
Algunas innovaciones se han inspirado en los avances normativos. En julio de 2020, Lyxor lanzó una gama de ETFs para el cambio climático que ofrecen exposición a acciones con una huella de carbono reducida, explícitamente en línea con el Acuerdo Climático de París.
Estos fondos de marca "Cambio Climático" son los primeros ETF que cumplen los criterios del reglamento de referencia de bajo carbono de la Unión Europea y que obtienen la etiqueta "Paris-Aligned". BNP Paribas y Franklin Templeton rápidamente siguieron el ejemplo anunciando sus propios fondos.
El cambio climático se ha convertido en una prioridad para muchas gestoras. Ha aumentado el número de fondos que tienen como objetivo explícito reducir la exposición a los combustibles fósiles o reducir la huella de carbono.