Cómo los gestores incorporan el enfoque ESG

El interés por la inversión ESG va en aumento, pero a menudo los inversores siguen teniendo dificultades para saber exactamente qué hace un fondo sostenible.

Andy Pettit 10/09/2020
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Conforme crece el interés de los inversores por las opciones ESG, las gestoras se centran cada vez más en los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo dentro de sus procesos de inversión. Pero el lenguaje que emplean los fondos para describir sus objetivos y enfoques varía enormemente, lo que dificulta a los inversores saber exactamente qué hace un fondo sostenible. 

Una mayor regulación podría ser una forma de aclarar esta cuestión, pero los legisladores deben evitar la creación de barreras que obstaculicen la innovación en la inversión ESG. Con este trasfondo, ¿en qué punto nos hallamos actualmente y cómo pueden servir de ayuda los legisladores? 

Los gestores de activos se decantan por la inversión ESG

En estos momentos hay más de 2500 fondos y ETFs sostenibles a los que pueden acceder los inversores europeos, es decir, más del triple que hace solo diez años. Este crecimiento demuestra que las gestoras están respondiendo a la demanda de los inversores por inversiones que se ajustan a sus preferencias y valores de sostenibilidad. 

Pero la palabra “sostenible” puede describir una amplia variedad de estrategias de fondos. La estructura de fondos sostenibles de Morningstar incluye tres subgrupos:

 Los fondos centrados en ESG aplican criterios ESG como una parte fundamental de su proceso de selección de valores y construcción de carteras.
• Los fondos de impacto o temáticos intentan tener un impacto cuantificable con inversiones en áreas temáticas específicas, como el cambio climático, la diversidad de género y el desarrollo de las comunidades.
• Los fondos sectoriales sostenible son fondos no diversificados que invierten en sectores de servicios mayoritariamente medioambientales y en energías renovables.

Además de los fondos dedicados a la sostenibilidad, muchos fondos convencionales ahora incluyen cierta atención a las cuestiones ESG dentro de su proceso de inversión. Estos fondos, a los que denominamos fondos con consideración ESG invierten en diversas clases de activos y llevan a cabo sus objetivos de numerosas formas. También van siendo más habituales, ya que cada vez más gestores de activos incorporan factores ESG en sus análisis. De hecho, en Europa la integración de los factores ESG en el análisis, la selección de valores o la cartera se ha convertido en la norma general. Por su parte, en Estados Unidos, el número de fondos con consideración ESG se ha multiplicado por 10, desde los menos de 50 al final de 2017 hasta los más de 500 en diciembre de 2019. 

No obstante, al tratarse de un área tan novedosa, la información sobre ESG que revelan los gestores de activos acerca de sus posiciones puede ser desigual. Otros terceros utilizan sus propios enfoques para analizar las posiciones de un fondo y estimar en qué medida es sostenible o cumple diversas métricas ESG, y este enfoque puede no coincidir con la definición que el gestor de activos emplea para delimitar una posición ESG o cómo su estrategia refleja el enfoque ESG. Esta información sobre sostenibilidad tiene un gran valor para los inversores, por lo que los gestores de activos deberían presentarla de un modo que ayude a los inversores no profesionales a comprender los objetivos de sostenibilidad de un fondo.

En cierta medida, se trata de un problema provocado por la falta de uniformidad en la información que publican los emisores. Por ejemplo, las empresas informan de forma desigual acerca de sus emisiones de carbono directas e indirectas, así como de las presentes en la cadena de valor, por lo que los gestores de activos a menudo las acaban contabilizando dos veces. 

Para entender el motivo, imaginemos a un gestor de activos que publica la huella de carbono de una cartera con acciones emitidas por una empresa A, que informa tanto del carbono que genera (emisiones de alcance 1) como del que producen sus proveedores de energía (emisiones de alcance 2). La empresa A también forma parte de la cadena de suministro de la empresa B, que. a su vez, publica las emisiones de la empresa A dentro de su cadena de suministro (emisiones de alcance 3). En ese caso, el gestor de activos contabiliza dos veces las emisiones de la empresa A. En un mundo ideal, cada emisor informaría de sus emisiones de alcance 1 y 2, con lo que se eliminaría la necesidad de preocuparse por la doble contabilización, pero dadas las distintas prácticas de comunicación, este problema persiste para las carteras. Y es un problema grave, porque puede sobrestimar la exposición a los riesgos de las emisiones de carbono. 

Cómo aumentar la confianza en la inversión ESG

Los reguladores podrían promover la confianza en el universo de fondos sostenibles estableciendo requisitos más estrictos para que los fondos aborden los factores ESG en sus folletos, al menos en los ordenamientos que aún no lo han hecho. En los folletos deberían incluirse descripciones claras y uniformes acerca de los métodos con los que los fondos tienen en cuenta o incorporan los factores ESG en sus análisis.

Los reguladores, sin embargo, tienen que facilitar la flexibilidad y es poco probable que los inversores se beneficien de las iniciativas para vincular los nombres de los fondos a un porcentaje concreto de posiciones “verdes” u otros enfoques altamente normativos. Además, los reguladores deben estar seguros de que la información a nivel del fondo se ajusta a la de los emisores.

Por ejemplo, el crecimiento de los fondos con consideración ESG plantea el problema de que el mero hecho de añadir una línea a un folleto diciendo que “se tienen en cuenta criterios ESG” no refleja el alcance de la actuación del gestor con respecto a los factores ESG. De hecho, casi el 60 % de los fondos con consideración ESG en los EE. UU. no consiguen una calificación de sostenibilidad de Morningstar alta. Los inversores necesitan información clara y uniforme con la que puedan entender fácilmente lo que hace el gestor al tener en cuenta los factores ESG, y también que esa consideración no tiene por qué significar necesariamente que un fondo sea más sostenible. 

Del mismo modo, los inversores necesitan más información acerca de la medida en que los fondos integran los distintos factores ESG. Aquellos inversores que estén interesados en amplificar el efecto de sus inversiones también necesitan información uniforme que explique cómo lo consigue un fondo y cómo evalúa el éxito en esta cuestión. Por ejemplo, según un reciente análisis de Morningstar, los fondos que se comercializan como fondos climáticos suelen tener exposición a empresas que obtienen beneficios de los combustibles fósiles. Esta exposición puede resultar adecuada en función de la estrategia de un fondo, pero es esencial que los inversores comprendan lo que obtienen con su inversión. 

Teniendo en cuenta estas necesidades y el actual estado de publicación de información, creemos que los reguladores podrían requerir que los fondos que incluyan las palabras “Sostenibilidad” o “ESG” en sus denominaciones:

  • Sean capaces de demostrar “intencionalidad”, o que su proceso se ha diseñado cuidadosamente para considerar una serie de indicadores ESG con el fin de conseguir una combinación de inversiones sostenibles, y
  • Evalúen todos los aspectos del enfoque ESG, tanto cuantitativa como cualitativamente. Por ejemplo, en Hong Kong, la Comisión de Valores y Futuros exige que los fondos verdes o ESG demuestren que invierten principalmente en valores sostenibles.

Sin embargo, no creemos que las etiquetas ecológicas u otras convenciones para nombres sostenibles definidas por los reguladores sirvan para ayudar en último término a los inversores a elegir un fondo que se ajuste a sus objetivos de sostenibilidad.

Próximos pasos para la inversión ESG

En lo que respecta a racionalizar la inversión ESG para los inversores, Europa es la que ha ido más lejos. Ya en marzo de 2021, los gestores de activos estarán obligados a añadir información más relevante a sus páginas web y folletos. En 2022, también deberán aplicar medidas cuantitativas adicionales en los informes anuales que certifiquen su éxito por lo que respecta a la consecución de sus objetivos de ESG. El doble reto de los legisladores consiste en garantizar que la información publicada resulta útil a los inversores y que los gestores de activos tengan acceso a los datos de los emisores que necesitan.

Lea el informe completo: “Afilando las herramientas para los inversores ESG”

Descárgese nuestro informe

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Sobre el Autor

Andy Pettit  es Director, Policy Research (EMEA), Morningstar

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