En primer lugar, para aquellos que no sean expertos en ETFs, conviene recordar que un ETF es, en pocas palabras, un instrumento financiero que tiene como objetivo seguir el comportamiento de un determinado índice de referencia (ya sea de renta variable, renta fija, materias primas, etc). Generalmente se comprometen (y lo cumplen) a ofrecer la rentabilidad diaria del índice en cuestión (sí, hay ETFs apalancados, pero los vamos a dejar de lado para el asunto que nos ocupa).
Es decir, si el índice sube un 1% en un día, ese día el ETF ganará un 1%. Dentro del universo de los ETFs hay unos productos especiales, llamados ETFs inversos, que lo que hacen es ofrecer la rentabilidad inversa diaria del índice subyacente (olvidémonos también de los ETFs inversos apalancados). Si el índice baja un 1% en el día, el ETF inverso sobre ese índice ganará un 1%. Hasta aquí todo claro.
Planteado en estos términos, uno puede pensar que los ETFs inversos sirven para aprovecharse de una tendencia bajista en un determinado índice. Y es así. Si pienso que el Eurostoxx 50 va a bajar, una buena opción es comprar un ETF inverso sobre este índice. Uno también puede pensar que, si uno tiene una cartera de valores europeos y quiere proteger esa cartera con una posible caída de los mercados, un ETF inverso sobre un índice que engloba a esos valores podría servir (habría que ver, en todo caso, el grado de replicación de la cartera respecto al índice).
Pero la respuesta es depende… ¿y de qué depende? Del horizonte temporal y de la naturaleza de la caída. Voy directo a las conclusiones. El ETF inverso pierde su eficacia a medida que se alarga el plazo temporal. Sirve, dicho de otro modo, para periodos cortos, como mucho algunas semanas. Más allá el ETF inverso puede producir resultados insospechados e indeseados. Tomemos por ejemplo el caso del ETF inverso sobre el Eurostoxx 50. Si comparamos gráficamente su evolución con respecto al Eurostoxx 50 (el gráfico muestra el periodo del 1 de enero de 2011 al 31 de diciembre de 2011) uno puede concluir que el ETF es la imagen inversa del índice. El problema es que el ojo nos engaña. Si miramos las rentabilidades, veremos que mientras el índice ha caído un 17%, el ETF inverso apenas ha ganado un 7%.
¿Cómo es esto posible? ¿Nos están engañando los proveedores de ETFs? ¡No! El ETF inverso ha cumplido escrupulosamente lo establecido en su folleto: ofrecer la rentabilidad inversa diaria del índice descontadas las comisiones. ¿Pero entonces dónde está el truco? El truco está en que, por decirlo de una forma algo técnica, el interés compuesto al alza no es el inverso del interés compuesto a la baja. Se entenderá mejor utilizando un ejemplo. En términos absolutos, no es lo mismo subir dos días un 5% que bajar dos días un 5%. Dos días de subidas consecutivas de un 5% ofrece una rentabilidad del 10,25%. Dos días de caídas consecutivas del 5% genera una pérdida del 9,75%.
Es falsa la idea de que el ETF inverso necesariamente va a obtener menos rentabilidad que el inverso del índice subyacente en un periodo determinado. Pongamos el ejemplo de un índice que baja un 5% cada día durante cinco días. Al final la caída sufrida por el índice suma el 23%. ¿Qué rentabilidad hubiera conseguido un ETF inverso sobre ese índice? ¿Más o menos de un 23%? Pues más, en concreto un 28%.
La rentabilidad del ETF inverso frente al índice de referencia dependerá en gran medida de la propia evolución del índice. Sin entrar en demasiadas consideraciones técnicas la mejor situación para utilizar un ETF inverso es cuando el índice cae de forma brusca y rápida. Por ejemplo, en el periodo comprendido entre el 1 y el 18 de marzo de este año, el Eurostoxx cayó cayó un 28% y el Lyxor Eurostoxx Inverso se revalorizó cerca de un 36%.
Por lo tanto, no es del todo cierto que un ETF inverso sólo vale para periodos muy cortos de tiempo. Como vemos en el ejemplo anterior, en un periodo de 4 meses, el ETF inverso ha generado una rentabilidad excelente para el partícipe. Pero sí es cierto que es difícil que los mercados mantengan una tendencia bajista tan pronunciada durante largos periodos de tiempo. A largo plazo, periodos bajistas se mezclan con periodos alcistas y es ahí donde el ETF inverso pierde parte de su potencial.
En conclusión, los ETFs inversos sí que pueden servir perfectamente para especular a la baja o para cubrir una cartera de acciones, pero hay que saber que funcionarán mejor en determinadas condiciones de mercado que en otras. Téngalo en cuenta antes de operar.